Dicen que siempre hay alguien que se preocupa por recuperar lo que a no muchos les puede interesar. En principio, las ruinas son algo que pueden pasar inadvertidas para el turista o para el residente en un territorio. Sin embargo, tras esas ruinas hay una historia, una explicación y muchas imágenes que dan luz a lo desconocido. A José Luis Díaz, almendralejense de 35 años, le interesó este mundo después de vivir un tiempo en Londres y tener la oportunidad de ver en primera persona cómo los británicos conservaban allí su patrimonio pese a su mal estado. Cuando regresó a casa, este licenciado en Historia del Arte, decidió crear el blog Arte en ruinas, abierto desde 2016, convirtiéndolo en un portal que recoge una colección de edificios en estado ruinoso repartidos por la geografía extremeña, el cual ha sorprendido hasta a los vecinos de los municipios afectados. Lo define como una manera de dar a conocer que «la impresionante riqueza patrimonial de Extremadura puede ser fuente de futuro para los jóvenes y un lazo con nuestro pasado histórico».

En su blog Arte en ruinas, José Luis Díaz se ha dedicado a subir imágenes y detalles de decenas de edificios abandonados y en ruinas de la región sin más interés que darlos a conocer. Pero ahora quiere dar un paso más. Pretende editar una guía que invite a conocer y visibilizar diez de estos monumentos más olvidados de Extremadura.

La manera de hacerlo es sencilla y la única que ahora los jóvenes pueden tener prácticamente a su alcance cuando el presupuesto está al mínimo y las opciones editoriales son pocas: una campaña de crowdfunding y con lo que recaude quiere publicar Arte en ruinas. Guía del patrimonio olvidado de Extremadura.

El libro pretende ser una guía en la que detallar el estado en el que se encuentran y recoger tanto su historia, su estado de conservación, así como la experiencia personal del autor cuando las visitó, ya que no hay que olvidar que José Luis ha estado en cada uno de estos rincones para conocerlos y fotografiarlos con su cámara. De hecho, cada capítulo irá acompañado de las imágenes que él captó en cada lugar y de un mapa para localizar las ruinas.

Esta campaña de micromecenazgo se lleva a cabo a través de la plataforma Verkami y cualquiera puede consultarla a través del enlace: https://www.verkami.com/projects/23949-arte-en-ruinas-guia-del-patrimonio-olvidado-de-extremadura.

El autor propone cuatro posibilidades para hacer aportaciones económicas que tendrán su recompensa. La más económica es la de seis euros que permite recibir un ebook multiformato de la publicación. El pack memoria propone aportar 25 euros e incluye además un libro físico. Hay un pack de 40 euros por el que se entregan dos libros dedicados. Y, finalmente, hay un patrocinio de supermecenas por 180 euros que incluye el envío gratis de 10 libros, 10 ebooks, 10 marcapáginas y un agradecimiento especial.

La campaña tendrá una duración de 40 días para lograr el objetivo de reunir 5.500 euros.

Monumentos

Para José Luis no ha sido fácil realizar la selección de los monumentos que aparecerán en la publicación, ya que sus decenas de visitas a múltiples lugares le invitan a sacarlo «prácticamente todo». Sin embargo, ha seleccionado, entre otras, la ermita de la Encarnación de Arroyo de San Serván, un edificio que data del siglo XV y que fue abandonada a inicios del siglo XX.

También saldrá el convento de la Luz de Moncarche de Alconchel, situado entre esta localidad y Villanueva del Fresno. La asociación Hispania Nostra la incluye en su Lista roja del patrimonio, como monumento amenazado y en total abandono.

Otro es el Castillo de Trevejo, en la sierra de Gata. La ermita de la Magdalena o el Templaero de Puebla de Alcocer también saldrá en la publicación.

El convento de la Madre de Dios, en Valverde de Leganés, es otra de las ruinas a difundir.

La ermita de San Bartolomé, en Talarrubias, es una de esas ruinas que te encuentras cuando vas por la carretera Ex-103, en plena Siberia, y que también saldrá junto con el convento Agustino de San Joaquín, en Santa Cruz de la Sierra; la ermita de San Jorge de Cáceres; el convento de San Antonio de Padua, en Garrovillas o la ermita del Santo Cristo, en Los Ángeles malos de Talaván.

Habrá que esperar a que se publique para conocer estos rincones. Y una vez conocida su ubicación, disfrutarlos en primera persona y constatar que el presente se hizo del pasado.