Fernando Rastrollo y Jesús Pérez, dos miembros de la policía local de Almendralejo, llevan años insistiendo en la necesidad de que los escolares de la ciudad y la comarca conozcan bien, como la palma de su mano, todas las señales de tráfico y sus posibles interpretaciones. Durante años han intentado impartir una formación en educación vial en colegios e institutos, pero con una asignatura pendiente: disponer de un parque de tráfico infantil donde plasmar con claridad todos estos conocimientos.

A la idea se sumaron dos policías más como Manuel Mesías y Francisco Nogales. Y, especialmente, la colaboración de Juanma Ortiz, integrante del parque de obras del ayuntamiento, cuyas manos han pintado lo que hoy vemos como un circuito para formación en educación y seguridad vial que está instalado en uno de los pabellones traseros del Palacio del Vino y la Aceituna. Un circuito que nada tiene que envidiar al que puede verse en las grandes capitales.

Todo ha sido posible gracias a un seminario del Centro de Profesores y Recursos de Almendralejo que decidió impartir este taller de educación vial. Alumnos de todos los colegios, de los cursos de cuarto, quinto y sexto, han estado acudiendo en grupos para practicar sobre bicicletas y entender qué es la circulación y cómo hay que interpretarla.

«Hemos tratado de representar todas las situaciones posibles de tráfico que se pueden encontrar en Almendralejo. Los chicos vienen muy sorprendidos. Muchos no conocen algunas nociones básicas y van a salir de aquí con una idea muy concreta de saber circular», dice el agente Fernando Rastrollo.

Sobre el circuito semáforos conectados, pasos de peatones, stop, ceda el paso, aparcamientos de bicicletas, dobles sentidos y hasta una rotonda milimétricamente edificada.

«Una de las funciones de la policía debe ser la prevención de accidentes y darle herramientas a los jóvenes para que tengan los conocimientos adecuados», puntualiza Rastrollo, quien insiste en que los colegios deben dedicar parte de sus clases a la seguridad y educación vial.

Cuidado al detalle

Durante varios días, los agentes han estado enseñando a los escolares de la ciudad a circular. El circuito ha levantado mucha expectación en determinados sectores sociales de la ciudad, especialmente entre los profesores de los centros educativos. Un circuito cuidado al detalle, ordenado y con la idea de que se configure como un espacio estable en el tiempo.

Paralelamente a la enseñanza vial en este circuito, y a propuesta también del Centro de Profesores y Recursos, durante los últimos días ha venido celebrándose la Semana Escolar de la bicicleta. Se han desarrolado distintas actividades de habilidad en el Palacio del Vino para que los escolares aprendan a montar y circular en bici. Además, se les ha enseñado a arreglar determinados problemas mecánicos con sus bicis.

La guinda a la semana la puso una macro concentración en bici con la participación de más de 500 alumnos de primaria y secundaria que recorrieron las calles de la ciudad sobre un circuito urbano de diez kilómetros. Un manifiesto mostró los beneficios del uso de la bici en la ciudad y la petición de más kilómetros de carril bici.