Con una alegría multiplicada por distintas razones recibía una maravillosa noticia el primer día del año, a la que quizás no se le haya dado la relevancia que merece si sopesamos la trascendencia que tendrá para Almendralejo: la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios hará morada en este pueblo, en una fundación benemérita de la ciudad, el Hospital Asilo del Pilar. En su día algunos sentimos la partida de las Hermanas Mercedarias tras casi ochenta años de entrega y tuvimos miedo por el futuro de una institución que tanto bien había generado; afortunadamente el ulterior apoyo de las distintas administraciones y el empeño del patronato hizo que no desapareciera por completo y ahora, ignoro en qué afortunado diálogo, se ha conseguido que los Hermanos de San Juan de Dios gestionen este Hospital. Es toda una garantía para quien conoce la obra social que lleva a cabo esta orden católica en España y fuera de ella, para quien sabe del buen hacer en sus muchos centros hospitalarios, pioneros y de merecido renombre algunos (sea San Rafael en Madrid). La ex ministra Doña Cristina Alberdi reconocía no ha mucho que durante su mandato la principal partida de ayudas en subvenciones a las ONG iba destinada a la obra social de algunas instituciones católicas en virtud de la excelencia que demostraban. Es sin duda la excelencia que no puede comprarse, ni depende de una nómina, la del amor. En el caso de los Hermanos que nos llegan suficientemente e ininterrumpidamente probada desde 1539, cuando San Juan de Dios abría las puertas de su hospital y de su alma en Granada a los desheredados del mundo para ser en amor.