TSte veía venir. La Playa del Cabrón en las Islas Canarias empieza a estar con overbooking por la invasión de sexagenarias divorciadas o separadas. Lo van a entender. El Ministerio de Justicia ha hecho público un dato estremecedor: en 1998,--año que se comercializó la Viagra en Europa --, se divorciaron 2.749 varones mayores de 60 años; en el 2007,--¡ojo al dato! como diría Joe Rigolí --, la cifra ascendió a 12.418. En Cataluña en un congreso médico, acaban de concluir que ellas se separan por hartazgo y monotonía y ellos por infidelidad, provocada por el gen alelo 334. El espectacular aumento de rupturas de parejas, científicamente ha sido justificado, en gran parte, por el creciente uso de tan milagroso medicamento por parte de varones maduros que rebasan esa edad. Sus efectos despiertan nuevos y entusiastas deseos de aventuras o affaires amorosos . Felipe González, Harrison Ford, Morgan Freeman, Anthony Hopkins , todos, afamados maduros mayores de 65, aliados o no con la Viagra , han dado, con estrépito, portazo sentimental a sus mujeres y a todos se les ve ahora como briosos morlacos enchiquerados ávidos de lozanía. Entretanto en el Congreso de los Diputados a Bono , sus propios compañeros socialistas, agnósticos y anticlericales, le han hecho la pirula y que naranjas de la china , con lo de la placa a la beatificada santa Maravillas de Jesús . Consolémonos los cristianos maduros que la maravilla, más o menos santa, la tenemos en las farmacias, eso sí, con receta médica. Conclusión: Jimmy Giménez-Arnau con su Revital al paro y la Viagra, Patrimonio de la Humanidad.