No ocupa portadas y apenas se deja ver en los medios de comunicación, pero ahora que tan de moda están los denominados test de estrés de las entidades financiera, Cajalmendralejo alza la voz para decir que ha sido la segunda con mejores resultados en toda España. No en vano sus indicadores destacan en todos los ámbitos, con una tasa de morosidad del 1,85% (5,53% de media del sistema financiero español) y un coeficiente de solvencia del 15,57% (casi cuatro puntos más que la media). Esto se la servido para que cinco cajas andaluzas hayan acudido a esta entidad para que encabece un nuevo grupo cooperativo, Solventia, con 1.100 millones de euros en activos, un volumen de negocio de 1.500 millones, una liquidez propia de 475 millones y un coeficiente de solvencia del 17,04%. Su presidente es Sebastián Guerrero Moreno (La Zarza, 1941), que dirige también Cajalmendralejo, la caja en vigor más antigua de España, con 107 años.

--Acaban de conocerse los test de estrés de las entidades financieras. ¿Están ustedes estresados?

--En absoluto. Los resultados de nuestra entidad son de los mejores de España y tenemos buena capacidad de respuesta ante situaciones difíciles, que en eso consiste los test de estrés. La única que nos supera en esos test es Banca March.

--Estos buenos resultados, y ante la vorágine de fusiones bancarias, les han servido para crear Solventia, un grupo cooperativo. ¿Cómo ha sido ese proceso?

--Es un grupo cooperativo con una cabecera, Cajalmendralejo, que se ha creado después de que cinco cajas andaluzas, las cajas rurales de Adamuz, Baena, Cañete de las Torres, Nueva Carteya y Utrera, las que han venido a nosotros para integrarse. Son quizás más solventes que nosotros, pero son muy pequeñas, y han tenido muchos novios pero han querido venirse con nosotros, por algo será.

--¿Hacia donde camina este nuevo grupo?

--Vamos a seguir adelante, siempre con prudencia porque los tiempos no están para correr. Nos queremos consolidad aquí en Extremadura y nuestra idea es hacerlo también en la provincia de Sevilla y en la de Córdoba.

--¿Cree que Rubalcaba tiene razón cuando propone que los bancos destinen parte de sus beneficios a crear empleo?

--Ya lo hacemos. El 15% ya le damos al fondo de formación y educación. Este año le hemos dado 250.000 euros a Aprosuba de Almendralejo para que acabara el edificio. y a Cáritas también aportamos ayudas. Sin querer entrar en política, nosotros seguimos prestando dinero porque no hemos dejado de tener y seguimos abriendo oficinas, cuando la mayoría de entidades están reduciendo plantillas y oficinas. Este año hemos abierto Azuaga y vamos a abrir en Plasencia.

--¿Tiene la sensación de que la sociedad considera a las entidades financieras los malos de la película en esta crisis?

--A nuestros clientes no les ha faltado ni crédito ni préstamos, siempre que haya garantías, porque el dinero no es nuestro. En parte tienen razón.

--O sea que ustedes no han cerrado el grifo de la financiación

--Repito que a nuestros socios y clientes nunca les ha faltado. Ese es nuestro negocio, el que no presta dinero es porque no tiene la liquidez que nosotros tenemos. El pasivo, las imposiciones que nos hacen nuestros clientes, van aumentando, eso es señal de que les damos confianza. Al igual que estas cinco cajas, que nos conocen, saben cómo somos y trabajamos y les damos confianza.

--¿Se atisba la salida de la crisis a corto plazo o aún está lejos?

--No vemos mucho movimiento para que esto se soluciones a corto plazo, la gente tiene miedo, no tiene confianza. Creo, sin entrar en política, que a lo mejor es necesario un cambio político, para que la gente se estire. No es hablar de un partido o de otro, sino que se necesita un cambio. Es igual que cuando entró Felipe González, por qué le votó tanta gente, porque necesitaba un cambio. La gente no ve unas buenas expectativas y la situación se va agotando.

--Sin embargo, su entidad ha salvado muy bien esta delicada situación económica

--Lo hemos hecho porque hemos sido muy prudentes, nos hemos dejado de prácticas especulativas y grandes promociones. Las cifras no son consecuencia de la casualidad, sino de un trabajo largo y de una política marcada de austeridad en el gasto y responsabilidad a la hora de trabajar con el dinero de los demás. En 1994 teníamos casi un 30% de morosidad, y salimos de aquello y aprendimos de aquello; como se suele decir, gato escaldado del agua huye. Nuestros informes de finales del 2007 ya se veía venir, y que aquello no podía ser, y al final se ha demostrado el patinazo.