TEts realmente preocupante que un niño de edad tan temprana nos diga que se siente solo, que ya tiene demasiados juguetes con los que jugar y no anhela ninguno más y, que en la carta que le mande a los Reyes Magos lo que le va a pedir es que sus padres y hermanos estén más tiempo juntos, es decir, que hagan más vida familiar. Estas son las conclusiones que se desprenden de los resultados obtenidos en una encuesta hecha a niños de edades comprendidas entre los seis y ocho años. Si nos paramos a reflexionar sobre estas impresiones a las que han llegado estos niños, deberíamos analizar con sumo cuidado la situación a la que estamos llegando dentro de nuestros núcleos familiares y naturalmente, marcar un orden de prioridades dentro del mismo, con el único sentido de primar por encima de todo, el diálogo y el contacto directo y diario entre padres e hijos. No podemos sustituir nuestra falta de atención hacía ellos por la compra sistemática de juguetes y antojos. No podemos permitir bajo ningún concepto, que nuestros hijos sientan la soledad estando rodeados de familiares como tampoco deberíamos aceptar que sea la escuela el sustituto de los padres. En esta sociedad en la que hoy estamos sumergidos, lamentablemente, tenemos demasiadas asignaturas pendientes. Pero, no debemos olvidar que la familia es el principal referente en la vida de nuestros hijos, donde deben sentirse arropados y también que tengan la seguridad de ser una parte importante en el día a día. Debemos tener presente que son nuestros niños los que recogerán el testigo para continuar nuestra obra.