Los jóvenes necesitan conocer que existe una enfermedad llamada alzhéimer y los que padecen esta enfermedad necesitan estímulos para frenar sus consecuencias. De esas necesidades, y de otros objetivos, surgió hace dos años un taller intergeneracional que unen a estos dos sectores.

El instituto Carolina Coronado y la Asociación de Alzheimer Tierra de Barros colaboran para el desarrollo de este taller que está llegando a su fin este curso escolar. Participan unos 25 alumnos de segundo de Bachillerato que acuden dos días a la semana al centro para estar durante una hora. Cada alumno tiene un mayor "asignado", pero realizan las actividades en grupo. Desde talleres de psicomotricidad, multisensoriales o, incluso cuentos.

Para la sesión del pasado martes, los alumnos se prepararon representaciones teatrales de cuentos clásicos con los que hacer recordar a los enfermos.

La psicopedagoga del instituto, Nuria Barbero, explica que de esta forma se acerca la enfermedad a los alumnos, la conocen, se despierta una "ilusión" en ellos y comparten experiencias y conocimientos con los mayores. Su valoración es muy positiva porque los jóvenes "se implican mucho". Uno de ellos, Christopher Vargas, asegura que se crea una relación afectiva entre ellos, aunque haya cosas que no recuerden de una semana a otra.

Por su parte, la psicóloga de la asociación, Malena Galindo, asegura que es una forma de insertarles en la sociedad, de crear un vínculo fuerte de cariño y que es una manera más de estimular a los enfermos. Sus terapias no solo se basan en estar una mañana en una habitación para sumar, restar y contar.