El parque de las Mercedes nunca concentró tanta actividad para tan distintas edades. Ese era uno de los objetivos, hacer del Día de la Familia una jornada de diversión para todos: niños, jóvenes, padres y abuelos. Y allí estuvieron, aprovechando uno de los primeros días primaverales con buen tiempo. El que quiso, lo hizo bien. Chocolate con churros, un poco de deporte, manualidades, una misa entre medias, espectáculos de magia y payasos, algo de masaje y gimnasia, pero, sobre todo, una muy buena compañía: la de la familia.

De eso se trataba, de que todos pudieran estar unidos en torno a un juego o evento. Salir de la rutina de las cases o los bares y aprovechar los recursos de la ciudad para hacer lo que antaño era siempre una buena costumbre de domingo. Sin móviles ni televisiones. La naturaleza y la familia. Solo eso.

Cientos de familias captaron el mensaje y vivieron una jornada donde los que más disfrutaron fueron los de siempre: los niños. Para ellos había yincanas, juegos de obstáculos, partidos de fútbol, de hockey, de voleibol, papiroflexia, manualidades, pinturas... y un largo etcétera que se complementaban con talleres para padres y la alegría de los abuelos, que también se vieron por allí. Algunas asociaciones como Recal también acudieron para dar a conocer sus productos y perros, así como las mesas de Provida, encargadas de recoger pañales en la Operación bebé .

A la hora de hacer valoraciones, la delegada de Juventud, Carmen Reviriego, se congratuló de haber podido brindar a las familias el valor de estar juntos en un día de convivencia. Una jornada, posiblemente, para repetir.