Final de septiembre o principio de octubre es la fecha prevista para que la obra de transformación de la antigua travesía de la Nacional 630 en avenida llegue a su fin.

Los técnicos de la empresa Senpa, encargada de realizar los trabajos, y los del consistorio coinciden en que será así. También el responsable de Vías e Infraestructuras del ayuntamiento, Juan Manuel Forte, considera que los plazos se van a cumplir.

No obstante, en estos días están afrontando uno de los obstáculos más complicados para concluir los trabajos en el tiempo establecido. La mediana está ya colocada en la mayoría de los cinco kilómetros de la avenida, los aparcamientos, acerados, el carril bici, las luces de diseño que iluminarán la vía ya están instalados en la mayoría del tramo.

De esta manera que queda pendiente el tramo que va desde la calle José Luis Mesías hasta la remodelada plaza del Vendimiador. Además, en este espacio hay un surtidor de gasolina que el consistorio tiene clausurado y está negociando con la empresa Cepsa para quitarlo de allí.

Alcalde en funciones

Forte, que en estos días ejerce de alcalde en funciones, explicó que los servicios se han tenido que cambiar de acerado para que la obra pueda continuar. "De no ser así, no se cumpliría con los plazos marcados. Por ese motivo, la red de agua el gas, la telefonía, internet discurrirán por el lado opuesto de la travesía al que estaba previsto".

El concejal considera que la resolución del conflicto va para largo y por ese motivo se ha decidido cortar esa zona y hacer todos los trabajos de una vez. Además en el espacio del prinicipio la avenida de San Antonio y de la estación de Renfe está proyectada otra rotonda para dar fluidez al tráfico.

Esta, junto con la que se tiene que construir en la zona de la calle Mérida con la plaza del Maestro Morón son las dos que aún quedan por crear en la nueva avenida. La funcionalidad y la renovada imagen que ofrece a las personas que pasan por la misma está gustando a los ciudadanos.