Cerrado por vacaciones". Agosto es el mes de los "cierres". Cierran los Tribunales de Justicia en su mes de vacaciones judiciales. Se cierran las puertas del Congreso y del Senado por vacaciones legislativas. Se cerraron hace ya tiempo Universidades, Institutos y Colegios por vacaciones escolares. Las profesiones, empresas y servicios que no pueden cerrar trabajan a "medio gas" porque la mitad de la plantilla descansa o a "pleno gas", según se mire, porque los que quedan se sobrecargan con el trabajo de los ausentes. Los que tenemos la suerte de tomar unos días de asueto, aunque sea en casa de familiares, debemos aprovechar bien nuestro ocio. El descanso no es "no trabajar". El descanso es cambiar de ocupación. Aprovechar bien el tiempo libre que se nos ofrece para hacer lo que, en época laboral, nos está vedado. Leer algún libro, buen amigo que no nos abandona. Cultivar el amor de la familia, escribiendo, llamando, visitando a los seres queridos que no están cerca. Encontrarse con los viejos amigos de la infancia, del colegio, y evocar recuerdos de esos retazos de nuestra vida. Admirar la naturaleza descubriendo su belleza, como Juan de la Cruz: "Mil gracias derramando / pasó por estos sotos con presura / y yéndolos mirando / con sola su figura / vestidos los dejó de su hermosura". Y a través de la hermosura de la creación, contemplar a Dios, acordarse de El y agradecerle los dones y las gracias que nos ha concedido: la vida, la familia, la salud, la amistad, el puesto de trabajo... Sin olvidarnos los creyentes de darle gracias por la fe, por el Bautismo, por el amor y la misericordia que derramó sobre nosotros. Feliz agosto, queridos lectores y... hasta la vuelta.