Veinticinco años se cumplen en esta edición desde que unos jóvenes emprendedores y relacionados con actividades lúdicas y religiosas de la localidad, empezaran a sacar al patrón de los campos en procesión, el grupo Albarda. Después de ese tiempo, aún hay algunos de los que empezaron, siguen engalanando con esmero y cariño la carroza donde portan a San Marcos. En esta ocasión por aquello de la tradición lo harán con una carroza que ira tirada por dos mulas.

Son los encargados de ir a buscar al santo para prepararlo y sacarlo en procesión como hicieron en 1983 cuando junto al cura Jesús, Bartolomé Esperilla, Francis, Toli, Manolo y algunos más fueron al cortijo de Zacarías a por la imagen que estaba en la capilla que allí existe.

Año tras años, así ocurría en vísperas de la romería hasta que los propietarios del cortijo le cedieron la talla al párroco de San Roque. El patrón permanecio algunos años tapado con mantas en un doblado de la calle Santiago hasta que fue iniciándose el movimiento entorno al resurgir de la romería.

Las primeras camisetas, pañoletas y medallas que se vendieron fueron para restaurar la imagen de San Marcos, que al margen de los defectos que tenía, estaba llena de carcoma.

Mientras tanto los componentes del grupo Albarda, que era muy activo en la localidad participando en las carrozas de la feria de La Piedad, el belén viviente que hacían en lo que hoy son los jardines de Santa Clara o la representación de la pasión se encargaban cuando se aproximaba la romería de juntarse y echar muchas horas preparando y decorando el remolque que portaría al patrón de los campos como el de la paloma que hicieron la primera vez y donde quedaba colocado durante todo el día el santo al carecer de ermita.