Son viajeros, aventureros y, además, se han convertido en embajadores de Almendralejo por toda Europa. El grupo Viajeros de Almendralejo, surgido en 2015, acaba de regresar de su cuarta experiencia por el viejo continente. En esta ocasión su destino ha sido Hungría para conocer los rincones de Budapest y otras dos ciudades más próximas a la capital como son San André y Visagrad. Cincuenta almendralejenses marcharon el pasado 23 de marzo rumbo a Hungría para deleitarse con la denominada perla del Danubio. Aunque su origen fue tener una misión estrictamente cultural, con el paso del tiempo el grupo se ha adentrado en un trabajo de inmersión lingüística, conocimiento de la gastronomía e, incluso, de relaciones comerciales con empresarios de Almendralejo. Un proyecto que no para de crecer.

En Hungría, Viajeros de Almendralejo fue recibido de manera oficial por el ayuntamiento de Budapest. En ese acto, el grupo leyó una carta redactada por el alcalde de Almendralejo informando de lo que puede ofrecer la ciudad a visitantes húngaros y se entregó a las autoridades una réplica del disco de Teodosio, además de un pack de productos típicos de la tierra. «Ha sido increíble cómo nos han recibido en el ayuntamiento. Parecíamos ministros», apunta Félix Zambrano, el cerebro de operaciones de este colectivo de viajeros.

Profesores y padres

Este es el cuarto viaje que realiza el grupo desde su creación en 2015. Uno por año. Antes de Budapest, visitaron Londres, Praga y Bruselas. El origen del grupo hay que encontrarlo en el colegio Antonio Machado, más concretamente en el momento en el que se erigió como centro examinador del Trinity College London. Fueron profesores de inglés y padres de alumnos quienes impulsaron el primer viaje a Londres en 2015. «Ahí empezó todo. De esa mezcla salió el grupo que hay en la actualidad con profesores, familiares, empresarios y otras personas que se han ido uniendo. Es verdad que el 80% tiene algún tipo de relación con el colegio Antonio Machado, pero quisimos que Viajeros de Almendralejo ya se comportara como un grupo independiente. Y ya llevamos cuatro viajes», relata Félix Zambrano.

El alma máter del grupo detalla la logística de estos viajes y su organización. Él suele ser el que dirige las operaciones contactando con guías españoles en las ciudades que han de visitar. Para cada viaje concierta una visita a un organismo e institución oficial y de ahí nace la manera de ser embajadores de Almendralejo. «Hemos logrado que el ayuntamiento nos ceda el disco de Teodosio y el cava y nosotros, con la colaboración de empresas, llevamos todo tipo de productos a esas ciudades». Así, Europa está conociendo productos típicos de Almendralejo como el cava, el vino, las aceitunas o los caramelos El Triunfo, por poner algunos ejemplos. «Incluso cuando llevamos productos nuevos como unas gominolas con sabor a vino que hemos llevado a Budapest, nos piden referencias para ponerse en contacto con empresarios». Hasta hacen de intermediarios comerciales.

«Es difícil la organización»

Félix Zambrano tiene claro que el grupo participante se está enriqueciendo cultural y personalmente, pero también reconoce que «no es sencillo organizar todo esto». El grupo es de 50 personas y, de momento, se encuentra cerrado. «No es que no queramos abrirlo, sino que ahora es imposible. Nosotros tenemos que llevar cerrado todo. Comidas, estancias, excursiones. Sabemos hasta dónde vamos a comer cada día. Contratamos un autobús durante cinco días y hay que tener en cuenta que, en Europa, muchos tienen como máximo 50 plazas. Por eso no podemos abrirlo más». Hay una lista con reservas.

Viajeros de Almendralejo estuvo primero en Londres donde conoció toda la historia de la capital británica y pudo fortalecer el idioma. Durante su segundo viaje a Bélgica el grupo recorrió Bruselas, Gante y Brujas. Consiguió entregar la réplica del disco de Teodosio al eurodiputado Enrique Calvet, director de la Oficina de Extremadura en Bruselas. En la República Checa, el ayuntamiento de Praga también les recibió y pudo comprobar la rica gastronomía almendralejense. «Y en Budapest se han quedado impresionados con nuestro cava. Les parece mentira que podamos ser productores siendo tan pequeños», reconocía Félix.

Viajeros de Almendralejo se toma ahora un respiro mientras aún saborea las instantáneas que ha dejado este cuarto periplo europeo. La sala de máquinas del grupo ya se ha activado para preparar un quinto viaje. De momento, guardan el secreto del destino.