El exgerente de la empresa Vinibasa, Luis Carlos Zuzarte, ha iniciado los trámites para poder terminar de desmantelar las instalaciones de la antigua alcoholera ubicada en la carretera de Alange y que en el 2008 echó el cierre después de haber estado en actividad durante décadas.

Luis Carlos Zuzarte, en representación de Reciclagem de Sucatas Abrantina SA, ha solicitado al ayuntamiento la concesión de la licencia de obra para proceder al citado trabajo. El equipo de gobierno ya ha dado el visto bueno a la petición y la concesión se aprobó la semana pasada en junta de gobierno local. Según comentó ayer Zuzarte a este diario, aún no la tienen y están esperando recibirla oficialmente para comenzar a trabajar. "Una vez que la tengamos será inmediato", explicó el antiguo gerente, quien explicó que el proceso durará unos tres meses.

La actuación que se llevará a cabo implica la desmantelación de todas las estructuras metálicas, desde los depósitos hasta la famosa chimenea que ha caracterizado a esta industria y ya forma parte del paisaje urbano de la localidad. Zuzarte recordó que en las antiguas instalaciones de Vinibasa ya casi no queda nada, pues cuando se cerró y Viñaoliva abrió la nueva alcoholera no dejó nada. Ni siquiera ha habido trabajadores que se ocupasen del mantenimiento.

FUTURO DEL EDIFICIO Una vez que desaparezcan los depósitos, la chimenea y demás estructuras vinculadas con el trabajo que antes se hacía en la alcoholera tan solo quedará el edificio. Su futuro dependerá de lo que contemple el nuevo Plan General Municipal de Almendralejo (PGM) para esta zona, el cual todavía está en proceso de aprobación. "No sabemos qué pasará con el edificio, todo dependerá de lo que indique el plan", aseveró Zuzarte.

Fue en el 2008 cuando la dirección de la industria decidió cerrarla ante la presión de algunos colectivos y ciudadanos, y ello después de estar trabajando en la misma desde 1996. Haciendo un poco de historia, estas instalaciones, que anteriormente albergaron una bodega, iniciaron su actividad como industria alcoholera en 1970. Desde entonces y hasta el 2008, prestó servicio a las bodegas de toda la localidad, comarca e incluso de otras regiones. Durante sus últimos años, fue objeto de denuncias, cierres, multas, quejas vecinales y de colectivos acusándole de emitir gases nocivos y malos olores, entre otros. Todo ello provocó que Vinibasa decidiera cerrar después de terminar la campaña de quema de orujo de ese año.

Como consecuencia del cierre y debido a que Almendralejo y comarca necesitaba una industria de sus características, la cooperativa Viñaoliva tomó la iniciativa de construir una nueva alcoholera más alejada de la localidad que no provocará dichos problemas. Así, desde entonces la capital de Tierra de Barros tiene una nueva alcoholera a más de 6 kilómetros de distancia del casco urbano. En contrapartida, dentro de unos meses, ya no tendrá su famosa chimenea.