La empresa Vinibasa tiene previsto tratar en sus instalaciones unos 30 millones de kilos de orujo, lo que supondrá un alivio para los industriales del sector. El portavoz del equipo de gobierno, Fernando Bote, reconoció ayer que su reapertura para esta campaña acarreará algunas molestias a los ciudadanos, pero descartó que vuelvan a producirse los malos olores que se percibían en la ciudad hace dos años, puesto que, explicó, ya no se tratan en esta planta las lías y las vinazas, que es lo que causaba el mal olor, que llegaba a ser insoportable.

El edil socialista apuntó también que la empresa no tiene que solicitar permisos al ayuntamiento al disponer de sus correspondientes licencias desde hace muchos años. "Hay que recordar que en su día Vinibasa no cerró porque el ayuntamiento lo ordenara, sino que su dirección y la cooperativa Viñaoliva llegaron a un acuerdo para hacer una nueva planta; luego la cooperativa compro maquinaria de la empresa, y ya tiene el suelo para hacer la instalación pero están en trámite los distintos permisos para iniciar la obra", señaló.

Ahora, y una vez que la campaña de recogida de uva está a punto de empezar y los distintos sectores han reclamado la apertura de la fábrica, han llegado a un acuerdo entre las dos partes para poder tratar unos 30 millones de kilos de excedentes de los que obtendrían poco más de un millón de litros de alcohol, una producción siete veces menor a la de otras temporadas.

Además, Fernando Bote garantizó que no habrá problemas para la salud y que solo surgirán las molestias típicas que se derivan de una vendimia.