TEtn los últimos días me han llegado tres noticias "internacionales" que me han hecho exclamar: ¡VIVA LA VIDA!. El Presidente de la República del Uruguay, Tabaré Vázquez, vetó en el Congreso de aquel país la legalización del aborto alegando que "no se puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación". Esta actitud le ha valido que su propia formación política, el Partido Socialista Uruguayo, al que estaba afiliado desde 1983, le retire su apoyo como candidato a las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo mes de octubre. Una comisión parlamentaria francesa que, durante seis meses escuchó las razones que, a favor y en contra de la eutanasia le presentaban 74 expertos, elaboró un informe que, aunque no es vinculante para el Gobierno, cierra las puertas a la legalización de la "muerte digna" (?). Las conclusiones a que llegó dicha comisión son: no aprobar su legalización pues "provocaría más problemas morales y jurídicos que soluciones". El Gobierno italiano ha intervenido para impedir que Eluana Englano pueda ser desconectada de la sonda nasogástrica que la mantiene en vida desde 1992. El Ministerio de Sanidad ha enviado un informe a los gobiernos regionales recordándoles que está prohibido que los centros médicos interrumpan la alimentación o la hidratación a una persona que se encuentra en coma. Estamos en vísperas de los Santos Inocentes, asesinados por Herodes hace ya más de 2000 años. Estos tres casos en favor de la vida nos alegran y nos hacen posible seguir creyendo en la sensatez de los gobernantes.