Maruchi León es conocida sobre todo por dar vida a una manceba de farmacia en una popular y familiar serie de televisión. El tono de voz que colocó al personaje --entre ingenuo y cómico-- la hizo famosa entre millones de telespectadores durante los años noventa en España e Iberoamérica. Pero ella ha sabido sacar mucho más partido a sus recursos interpretativos y ha demostrado en los últimos años que es capaz de abordar personajes mucho más complejos. En el mes de junio volvió a Cáceres, su ciudad natal, para poner en escena La dama boba . El año anterior había representado junto a José Luis López Vázquez César y Cleopatra en el Teatro Romano de Mérida. También fue Julieta en una obra de García Lorca bajo la dirección de Lluis Pascual. Actuó con Almodóvar en La ley del deseo y junto a Juan Luis Galiardo (extremeño también) y Maribel Verdú en Soldadito Español .

Su principal maestro fue Angel Gutiérrez de la Escuela de Arte Dramático de Madrid. Con él aprendió a saber mantener una actitud de alerta en el escenario, saber sacar de su interior cualquier estado de ánimo para expresarlo ante el espectador. La primera obra de teatro que vio fue Cinco horas con Mario en Cáceres.

"La discreción es acomodarse al tiempo", afirma la dama boba, Finea, último papel principal de Maruchi León. Ante frases como ésta habría que preguntarse si realmente era boba. "Finea es una mujer adolescente que, al contrario de lo que se piensa, es muy inteligente y muy sensible. Tiene un bloqueo mental fuerte porque es analfabeta y es por lo que no demuestra su inteligencia abiertamente".

Maruchi León asegura que está muy contenta de dar vida a uno de los pocos personajes femeninos principales del siglo de oro, un personaje, además, lleno de matices. "Finea es salvaje, es libre durante el primer acto y luego sufre una transformación. Conforme va estudiando y aprendiendo va expresando lo que siente y mostrando su inteligencia, y acaba jugando y tramando para conseguir lo que quiere. La inteligencia la tiene desde el principio, pero se va mostrando de diferentes maneras. Y el poder transformador es el amor", comenta.

EL AMOR ES SU MOTOR

Precisamente, es el amor su motor artístico. Maruchi León afirmó durante su estancia en Cáceres que actúa por amor. Las raíces extremeñas no las ha perdido en ningún momento. De hecho, asegura que su paseo favorito, además del puente de Aldeanueva de la Vera y las gargantas veratas, es por la ciudad monumental de Cáceres.

De La dama boda , con la que ha cosechado un rotundo éxito, Maruchi afirma: "Es un texto muy profundo, a la vez que ligero por ser comedia, y tiene muchos matices. Hablar del amor como fuerza transformadora, de la mujer como una entidad con discurso propio y con una intención clara, que en la época no existía porque la mujer estaba siempre a la sombra del padre, o del marido. En general, habla de las relaciones humanas".

La versión que realiza Helena Pimienta sitúa la acción en los años 30. El resultado es un Lope de Vega muy actual, con un montaje muy vivo, personajes llenos de matices, al que contribuye sin duda la excelente interpretación de Maruchi.

Katherine Hepburn, Greta Garbo, e Ingrid Bergman son las actrices más admiradas por esta cacereña que ha dado el salto de la pequeña pantalla a los escenarios más monumentales.

Sin duda, tiene madera y tablas para poder alcanzar registros interpretativos como esas gigantes de la escena a las que profesa devoción.

Maruchi afirma que es bastante feliz, algo a lo que contribuye su hijo, a quien dispensa con paciencia miles de cuidados. Desde aquel El Público de Lorca hasta la actualidad, la actriz se ha vuelto más madura y segura, aumentando de registros dramáticos, aunque sean los papeles de ingenua los que mejor acogida han tenido entre el público. Pero de ´boba´, nada. Ella ha sabido abrirse con maestría un gran camino en el teatro español.

No olvida a su tierra, aunque ha encontrado la felicidad en el ir y venir de un lado a otro.