La reunión informal de ministros de Exteriores de la Unión Europea, celebrada en Cáceres el 8 y 9 de febrero, sirvió de punta de lanza para la futura creación de un Estado palestino. La cumbre europea, que abrió las puertas de la capital cacereña al mundo, sentó las bases de un plan para revitalizar el maltrecho proceso de paz en Oriente Próximo. En medio de la satisfacción general por los resultados del encuentro, la diplomacia europea fue unánime al valorar la cita como la mejor de todas las que se han celebrado y que comenzaron en 1974 en la ciudad alemana de Gymnich.

Con el Complejo Cultural San Francisco como cuartel general, los Quince debatieron durante dos días diversas fórmulas para intentar desbloquear la situación entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina. El reforzamiento de las medidas de seguridad y la consolidación política y económica del territorio palestino quedaron como puntos de partida para una hipótetica solución al conflicto. Al término de la cumbre, la presidencia española de la UE presentó un primer borrador que incluía parte de las propuestas formuladas por Francia e Italia.

En este sentido, el documento resaltaba que el actual enfoque, centrado en las medidas de seguridad, no permitirá resolver la crisis y que había que darle, a la negociación entre el primer ministro israelí Ariel Sharon y el líder palestino Yaser Arafat, un alto contenido político. Aunque, como señaló el responsable de la política exterior europea, teniendo como base principal el establecimiento de Palestina como nación. Javier Solana reconoció en Cáceres que era más fácil mantener una negociación de Estado a Estado, que de Estado a Autoridad Palestina.

LA AMPLIACION EUROPEA

En segundo plano quedaron los otros dos puntos de la agenda previstos en el encuentro: la intervención de la UE en los Balcanes y la ampliación de los Quince. La creación inminente de una policía europea, que asuma la misión que lleva a cabo la ONU en Bosnia, fue una de las conclusiones más destacadas de la reunión. Un hecho que el jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, quien acudió a la cumbre en calidad de ministro de Exteriores, calificó de "histórico". Il cavaliere protagonizó la imagen de la cumbre. Su gesto de cornuto en la foto de familia, interpretado por los periodistas italianos con la frase tutto va bene , dio la vuelta al mundo gracias al trabajo de José María Caldera, cámara de Canal Sur Extremadura.

Los Quince decidieron mantener también el calendario de negociaciones para la ampliación europea, tras conocer los informes de la Comisión Europea sobre el coste que tendrá la adhesión de nuevos miembros. El comisario de la ampliación, el alemán Gunter Verhuegen, explicó que la reunión en Cáceres sirvió para dar "una orientación de cómo presentar la posición de la negociación de la UE", y agregó que el punto de partida del paquete financiero destinado a esta cuestión corresponde al periodo 2002-2004.

El buen clima en el debate político estuvo acorde con la tranquilidad en las calles. Los incidentes producidos en anteriores reuniones obligaron a un despliegue policial sin precedentes en la capital cacereña. Dos anillos de seguridad blindaron las zonas adyacentes al Complejo Cultural San Francisco y al centro. 400 agentes vigilaron la ciudad y se pusieron en marcha varios dispositivos especiales en torno al castillo de las Arguijuelas, donde cenaron todas las delegaciones europeas, así como en dos hoteles de Trujillo y Mérida.

EL DISPOSITIVO POLICIAL

Durante los días previos a la cumbre, un equipo especial de seguridad chequeó la red de alcantarillado de la capital cacereña, y francontidores de élite permanecieron apostados en varios puntos de la parte antigua. Ello no evitó que tres personas desplegaran un pancarta en la iglesia de la Preciosa Sangre durante la visita que realizaron los ministros europeos. La policía identificó a los autores de los hechos pero no llegó a detenerles. La seguridad de la cumbre obligó también a restringir el espacio aéreo y el recinto hípico se convirtió en el centro neurálgico de la fuerzas de seguridad del Estado. Tanquetas y cisternas antidisturbios estuvieron dispuestas para actuar.

800 periodistas siguieron la cumbre y proyectaron al resto del mundo la imagen de la capital cacereña, donde empezó a escribirse un nuevo capítulo de la historia europea.