Más de 100.000 personas acudieron a los desfiles carnavaleros y transformaron Badajoz en una fiesta. Unos 5.000 miembros, procedentes de 39 comparsas convirtieron Santa Marina en una gran pasarela donde se sucedían los disfraces cada vez más complejos y atrevidos. Badajoz se ha consolidado como el tercer mejor carnaval del país y ha convertido la fiesta en el principal atractivo turístico de la ciudad. Cada año sube el listón del ingenio en el vestuario y en las letras de las chirigotas.