"Estos niños viven en campamentos de refugiados, algo que no debería pasar en el siglo XXI", decía Angela Miguera presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui poco antes de la llegada de un autobús de niños saharahuis al Complejo Cultural San Francisco de Cáceres. Este año fueron 600 los niños saharauis que llegaron a Extremadura para pasar el verano y que durante unas semanas olvidaron sus problemas cotidianos.