LA IMAGEN CALLADA

Se cierra 2002 en blanco y negro por muchas burbujas de champán que nos mande López de Ayala (Pili, la actriz, que no el teatro pacense); se cierra 2002 en blanco y negro como lo hace el calvo que anuncia el sorteo del Gordo y que parece estar anunciando, por lo triste del anuncio, el final de Fraga o el ocaso del percebe (desde luego no anuncia nuevos millonarios porque con el euro va a ser difícil que a alguien le toque un gordo ); se cierra 2002 en blanco, con el blanco estúpido de la imagen callada del primer intento de hacer televisión extremeña y con el último intento de taparle la boca a la libertad de expresión (la han cerrado los mismos que han echado a Isabel San Sebastián, que han modificado la plantilla de la televisión pública regional, que han prohibido en la televisión pública gallega hablar de marea negra y que negaron, informativamente, el éxito de la huelga general); se cierra 2002 en negro, con el color asqueroso de la marea que asola Galicia, con el traje de enterrador de Roldán, con el luto permanente de las mujeres maltratadas de España y las mantillas castizas de las neomarquesas que pululan por las plazas hispanas detrás de Jesús del Gran Poder o de algún cubanito de buen ver (la nieta de Franco, doña Carmen, quiere ir a Galicia a limpiar la mancha, promete mantilla y peineta). Se cierra 2002 y empieza a haber señales de una "próxima apertura" con artículos nuevos porque el personal, los clientes patrios, están abriendo los ojos y les escuece esta España, nos escuece mirar al frente y no ver más que una imagen callada, encogida en una esquina, cobardica y asustada que ve enemigos por todas partes, incluida la isla de Perejil, y hace tiempo que se olvidó reír.