Al cierre de esta edición se preveía que el ataque contra Irak se produciría de forma inminente, a juzgar por los movimientos militares en el norte de Kuwait. Unos 100.000 militares de EEUU y el Reino Unido penetraron anoche en la zona desmilitarizada entre los dos países, mientras que varios medios locales informaron de que los efectivos de la Primera Brigada de la Tercera División de Infantería habían levantado sus tiendas y se habían dirigido a un destino, dijeron, "desconocido".

Tras la retirada de los observadores de la ONU que vigilaban la zona desmilitarizada que separa los dos países, las tropas norteamericanas y británicas se encuentran ya en posición de ataque, y lo único que esperaban era la orden del Pentágono para invadir Irak.

Paralelamente, los aviones de EEUU y del Reino Unido intensificaron la campaña de bombardeos sobre objetivos iraquís en la zona de exclusión aérea en el sur del país. Los aparatos británicos y estadounidenses concentraron su fuego en una docena de piezas de artillería para evitar que ésta ponga trabas a la invasión terrestre desde Kuwait.

El tiempo no acompaña. Tormentas de arena azotan la región, y las columnas de blindados y soldados encontrarán en ellas un serio obstáculo. Mientras una frenética actividad se apoderaba del contingente americano y británico desplegado en Kuwait, los primeros soldados iraquís ya depusieron sus armas antes de que se disparase un solo tiro.

RENDICIONES

El Pentágono asegura que 18 soldados del Ejército iraquí se entregaron durante el día a las fuerzas militares británicas y norteamericanas, todo un avance de lo que podría ocurrir en las próximas semanas: rendiciones masivas de tropas faltas de moral y equipamiento, ante la abrumadora superioridad de las fuerzas armadas estadounidenses.