Lejos de desmarcarse de la guerra de Irak, como le exigen la oposición y el 91% de los ciudadanos, José María Aznar defendió ayer con renovada vehemencia su alianza con EEUU y lanzó una dura andanada contra José Luis Rodríguez Zapatero. "Usted nos quiere sacar del mundo y meternos en un aislamiento absurdo que no defiende nadie", le espetó al líder del PSOE en el Congreso durante la sesión de control al Gobierno.

El presidente acusó a Zapatero de mantener posiciones "muy peligrosas para el futuro de los españoles", pero el líder del PSOE le exigió que rectifique porque todas sus previsiones sobre la guerra "han fracasado". El líder de IU, Gaspar Llamazares, volvió a pedir la dimisión de Aznar.

Aznar resaltó que Francia y Alemania --los dos países europeos más reacios a la guerra-- también contribuyen a la ofensiva contra Sadam, e intentó equiparar esa actitud con la de su Gobierno. Desde esa premisa, acusó a Zapatero de haber llegado a "tal grado de radicalismo" que ha perdido a París y Berlín como "puntos de referencia".

LAS VICTIMAS DE 1991

Recordó Aznar al líder socialista que en la guerra del Golfo, apoyada por el Gobierno del PSOE en 1991, también murieron "mujeres y niños", y los bombarderos "salían de España". Y dejó claro que la flotilla española enviada a Irak --que insistió en definir de "humanitaria"-- se mantendrá allí "todo el tiempo necesario".

Por la mañana, en un encuentro con empresarios en la Moncloa, el presidente vaticinó un rápido desenlace de la guerra: "Las próximas horas serán muy cruciales para que este conflicto termine cuanto antes."

El ministro de Defensa, Federico Trillo, aseguró, por su parte, que desde el 24 de marzo no ha concedido permisos a los bombarderos B-52 estadounidenses para que sobrevuelen España de camino hacia Irak. Fuentes oficiales confirmaron que EEUU no ha pedido tal autorización porque ya dispone de los pasillos aéreos cedidos por Francia y Alemania, más operativos que el español.

EL "CORAJE" DE AZNAR

En el Congreso, la ministra de Exteriores, Ana Palacio, se defendió de quienes desde el PSOE critican su gestión invocando el cáncer que padeció. Palacio elogió el "coraje político" de Aznar por nombrarla ministra. "Nosotros también sabemos enfrentarnos al cáncer", proclamó, y definió la enfermedad sufrida como "una aventura extraordinaria de la que cualquiera sale engrandecido".