La oposición en bloque dejó aislado al Gobierno por sexta vez en el Congreso tras un debate sobre la guerra de Irak. En esta ocasión, PSOE, CiU, IU, PNV, CC y Grupo Mixto exigieron al Ejecutivo que ayude a poner fin al conflicto "de inmediato", que sean las Naciones Unidas quienes gestione la posguerra y que regrese la flotilla española enviada al golfo Pérsico. La mayoría absoluta del PP impidió que prosperase.

El diputado del PP por Cantabria Jesús López-Medel, que ha cuestionado en público el apoyo del Gobierno al ataque contra Irak, no sólo votó con su grupo, sino que intervino para manifestar su "identidad y solidaridad" con sus compañeros.

El Congreso discutió sendas mociones de PSOE y BNG en las que coincidieron todos los partidos de la oposición. La socialista, negociada con el resto de los grupos, reclamaba al Gobierno que promoviese en la ONU "las iniciativas que sean necesarias para poner fin de inmediato a la guerra" y que no dejase las bases ni el espacio aéreo a EEUU.

LA RECONSTRUCCION

Además, pedía que la flotilla española volviese inmediatamente, salvo que se quedasen para tareas humanitarias bajo el paraguas de la UE o la ONU. También exigía al Ejecutivo que ayude a que sea la ONU la que "gestione la reconstrucción de Irak en el ámbito económico y político". La resolución pedía también más colaboración humanitaria.

El debate se desarrolló con normalidad hasta que Ignasi Guardans, de CiU, pidió al PP que apoyase la moción del BNG en la que se exigía a José María Aznar que retirase el apoyo "político, logístico y militar que presta a esta guerra". Guardans dijo a los diputados del PP que podían apoyar la guerra, pero no salir del Parlamento "como vírgenes ofendidas porque se les critica". Los populares montaron una bronca.