La prensa dio ayer la espalda a José María Aznar por su apoyo a la guerra de Irak, que se ha cobrado la vida de los periodistas Julio Anguita Parrado y José Couso. En el Congreso y el Senado, el presidente del Gobierno sufrió tres plantes sin precedentes. Los representantes de los medios de comunicación le recibieron en silencio, blandiendo fotografías de sus dos compañeros fallecidos y depositando en el suelo sus únicas armas: cámaras, micrófonos y libretas.

La pacífica protesta comenzó al mediodía. Al entrar en el Senado, Aznar se topó con un silencioso pelotón de periodistas que no le devolvió el saludo. Una solitaria cámara captó el desencajado rostro del presidente, cuya intervención ante los parlamentarios populares no tuvo cobertura informativa. Un desaire que, según el ministro Javier Arenas, "se califica por sí solo". En el Congreso, por la tarde, a Aznar le esperaba otro desplante.

MIRADA FIJA EN EL SUELO

Tan pronto como bajó del coche oficial vio cómo los periodistas que cubren la información parlamentaria le exhibían las imágenes de Couso y Anguita Parrado. Con la mirada fija en el suelo, el presidente cruzó el pasillo para adentrarse en el hemiciclo, donde le esperaba la tercera protesta por su apoyo a la intervención militar en Irak.

De espaldas a los escaños del PP, los fotógrafos que acceden al interior del hemiciclo abandonaron sus cámaras para mostrar las imágenes de los dos reporteros fallecidos en Bagdad. Todos los diputados de la oposición y algunos del PP homenajearon a Parrado y Couso con una ovación que el presidente, impertérrito en su escaño, no secundó. Concluida la protesta, los fotógrafos salieron del hemiciclo sin tomar imágenes de la sesión. El vicepresidente Mariano Rajoy recibió después en el Congreso a cuatro reporteros gráficos y les aseguró que el Gobierno ayudará a la familia de Couso, el cámara de Tele 5 asesinado por las tropas de EEUU.

PALACIO NO PEDIRA CUENTAS

El Gobierno no ha pedido ni pedirá explicaciones formales a Estados Unidos por el ataque del martes al hotel Palestina de Bagdad que costó la vida al cámara José Couso. Así lo admitió ayer la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, quien dijo que el compromiso del Ejecutivo con la coalición anglo-americana sigue intacto "por muy importante que sea cada vida que se pierde".

Las protestas contra la ministra comenzaron con un plante de los reporteros gráficos en el Senado y después, en su ministerio, cuando daba la bienvenida a su homólogo británico Jack Straw.