Habéis roto vuestra palabra. Los periodistas prometisteis sacarme de aquí. ¿Por qué no lo hacéis ahora?" Con los ojos velados por el dolor, Alí Ismail Abbas increpaba así el lunes a algunos de sus visitantes. A sus 12 años, le cuesta trabajo entender la demora del prometido traslado a un hospital con recursos, aunque sí sabe que si no recibe tratamiento adecuado para prevenir una septicemia puede morir pronto.

El pequeño Alí tampoco comprende por qué, dentro de lo que cabe, es un chico afortunado. "¿Afortunado por qué?" se pregunta. Porque gracias a la notoriedad que ha logrado su caso tiene muchas posibilidades de ser trasladado al hospital Ibn Sina de Kuwait, un privilegio que otros niños iraquís heridos en esta guerra no tendrán. Hasta el primer ministro británico, Tony Blair, se ha interesado por él.

CAMPAÑA DE PRENSA

Los medios de comunicación catapultaron a Alí a la fama el día en el que una bomba destruyó su casa, ubicada en el suburbio bagdadí de Zafaranea, hace tres semanas. De un sólo golpe, una bomba lanzada por las tropas estadounidenses mató a a sus padres, a dos de sus hermanas y a un hermano. Alí recibió heridas en el abdomen y perdió los brazos. Trasladado al hospital Chewader, los médicos se vieron obligados a amputarle las extremidades superiores para salvar su vida.

El diario The Mirror hizo un llamamiento para tratar de salvar a Alí y el London Evening Standard utilizó su imagen para la campaña de la Cruz Roja en favor de las víctimas de la guerra en Irak. La prensa y las televisiones británicas respaldaron esas llamadas, pero ahora tienen dudas. Y también tiene dudas el inteligente niño iraquí, que cada día recibe un desfile de periodistas sin que cambie su situación. "¿Venís a verme para burlaros porque no tengo brazos?" pregunta Alí. "Doctor, por favor, no quiero ver a más periodistas".

El doctor Mowafak Gorea describe la situación clínica de Alí como "crítica pero estable", pero añade que para salvar al niño "se necesitan realidades, no sueños". A su vez, el director del Ibn Sina de Kuwait, Abdulatif al Sahli, anunció a la agencia Reuters: "Todo está preparado para recibirle". Sin embargo, un portavoz de las fuerzas de EEUU en la capital kuwaití manifestó sorprendido que no sabía "nada del rescate" de Alí.

LOS MARINES, SIN PRESION

El problema del retraso, como indicó un portavoz de Blair en Londres, es que el hospital en el que se encuentra Alí todavía no ha sido declarado "zona segura" por las fuerzas de ocupación. Además, si bien en el Reino Unido la campaña para salvar a Alí "ha generado cuantiosas aportaciones económicas, en EEUU no ha despertado ningún interés". Eso significa que los marines que controlan Bagdad no reciben presiones de los medios de comunicación de su país, silenciosos ante esta tragedia.

Blair mencionó el caso de Alí en la Cámara de los Comunes. "Haremos por él todo lo que sea posible para ayudarlo", dijo. "Los británicos están viendo, por él y por otros", afirmó refiriéndose también a una niña de seis meses y a un adolescente, ambos con quemaduras graves, que fueron trasladados a Gran Bretaña para ser tratados. Pero, como indicó el portavoz de Downing Street, estos niños "fueron sacados de Basora, que está bajo control británico".

Y la luz roja ya está encendida para Alí. Según la enfermera que lo cuida en Bagdad, no queda mucho tiempo para salvarlo. "Morirá sino es trasladado a un hospital con medios". Los centros sanitarios de Bagdad han quedado destrozados y sin recursos. No disponen de vendas, calmantes, antisépticos, oxígeno o anestésicos.

DENUNCIA DE CRUZ ROJA

La Cruz Roja denunció que de los 35 hospitales de la capital, 33 están a punto de cerrar. "No funcionarán por mucho tiempo". De los seis hospitales generales sólo uno sigue funcionando. Y están operando sin anestesia.

La vida del pequeño Alí depende ahora de que los marines estadounidenses consideren segura la zona del Chewader, donde periodistas y personal sanitario entran y salen todos los días con total tranquilidad.