Las columnas de blindados y soldados de EEUU y Gran Bretaña, que el pasado jueves penetraron en Irak y abrieron el frente sur, continuaron avanzando a paso ligero por el desierto iraquí en su camino hacia Bagdad. Por un lado, los aliados anunciaron que controlaban los accesos a Basora, la segunda ciudad del país. Por otro lado, marines norteamericanos capturaron la localidad de Nasiriya, una estratégica ciudad a 320 kilómetros al sur de Bagdad, y se hicieron con el control de los puentes que cruzan el río Eufrates, lo que, en principio, facilitará el avance de las tropas que pretenden cercar la capital iraquí en los próximos días.

A pesar de hallar persistentes e inesperados focos de resistencia por parte del Ejército de Sadam Husein, el frente sur se movió en estas dos direcciones y pareció seguir, a grandes rasgos, el guión diseñado previamente por el Pentágono, siempre según fuentes oficiales de Estados Unidos y Gran Bretaña.

EL ASALTO

Los marines de EEUU penetraron en Nasiriya, a 180 kilómetros de la frontera con Kuwait. Su primera misión fue impedir que los puentes del Eufrates fueran destruidos por los iraquís, para así despejar la ruta hacia Bagdad. De esta manera, evitan las zonas de marismas situadas más al este, junto al río Tigris. Basora quedó cercada por las tropas aliadas, al margen del principal movimiento de avance de la coalición de EEUU y Gran Bretaña. Los soldados británicos y de EEUU asaltaron la ciudad después de que, según fuentes aliadas, el viernes se rindiera la 51 división iraquí, con 8.000 hombres.

De creer al mando aliado, esto convertía a Basora, de mayoría chií y habitada por gentes supuestamente hostiles al régimen de Sadam, en una ciudad abierta, sin defensa alguna.

La situación era, sin embargo, confusa. Un corresponsal de la BBC que avanza junto con las tropas aliadas informó de que algunos soldados llegaron a entrar en la ciudad y que fueron saludados con banderas blancas por una parte de la población civil. La cadena de televisión qatarí Al Jazira ofreció el contrapunto a la versión oficial anglonorteamericana. Sostuvo que Basora fue castigada por los bombardeos aliados y, citando a fuentes hospitalarias locales, anunció que al menos 50 habitantes de Basora habían muerto. Su corresponsal llegó a asegurar que se utilizaron bombas de fragmentación.

Lo que sí parece confirmado es que, en el oeste de la ciudad, tuvieron lugar intensos combates de artillería. El régimen de Bagdad sólo pudo recurrir a sus tanques T-55, un vehículo fabricado en los años 50, que debió ser presa fácil de los blindados aliados. Fuentes militares señalaron que las tropas aliadas tomaron el control del aeródromo y la refinería. El máximo responsable de la operación militar de EEUU, el general Tommy Franks, eludió pronunciarse acerca de si sus fuerzas controlaban Basora. Según otras fuentes aliadas, las fuerzas angloamericanas no tienen intención de entrar en la ciudad.

Otro de los principales objetivos de la coalición anglonorteamericana fue consolidar los avances de los días anteriores y evitar que, en su retirada, los soldados iraquís destruyeran instalaciones petrolíferas. Hasta el momento, se informó de que los iraquís prendieron fuego a nueve pozos de petróleo, aunque habían minado todas las instalaciones para causar el mayor número de bajas al enemigo.

RESISTENCIA EN UM QASAR

Um Qasar, el principal puerto comercial de Irak junto a la frontera con Kuwait, cuya captura había sido anunciada por el mando militar aliado el viernes, también presentó puntos de resistencia, en los alrededores de su pequeño casco urbano, durante la jornada de ayer.

La población civil iraquí contemplaba con indiferencia a las tropas extranjeras en Um Qasar, mientras los marines británicos y de EEUU se hacían fotografías con enormes retratos de Sadam de fondo. Los aliados ya trabajan para desminar el puerto, y facilitar el acceso de ayuda humanitaria a la población civil iraquí.