Desde la entrada en vigor de la reforma del Código Penal en Extremadura, que tipifica la conducción bajo los efectos del alcohol como delito, en diciembre de 2007, se han producido 1.052 detenciones. A esta cifra, hay que sumar otros 41 que lo han sido por negarse a realizar las pruebas de alcoholemia.

Para ambas infracciones muy graves, la Ley de Seguridad Vial prevé la sanción de multa de 302 a 602 euros, imponiéndose además, en todo caso, la suspensión del permiso para conducir por un periodo de hasta tres meses. La pena por el exceso de alcohol es de tres a seis meses de prisión o multa de seis a doce meses y, en cualquier caso, privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.

El consumo de alcohol durante la conducción es la principal causa de las detenciones. Los 1.093 detenidos suponen un 70% de todos los conductores arrestados por imprudencias al volante. Entre otras, se encuentran circular sin haber obtenido el permiso de conducción, hacerlo cuando se ha sido privado del mismo, superar la velocidad permitida en determinados porcentajes o conducir de forma temeraria.

En total, desde la modificación del Código Penal que introduce determinadas infracciones en la conducción como delitos, en Extremadura han sido detenidos 1.540 conductores.