La sala de recepción del hotel Góngora, en la calle Doblados, expone en tres enormes vitrinas cientos de soldaditos y figuritas de plomo, decoradas a mano por Pedro Martínez, propietario del hotel. Se muestran soldados de casi todos los países del mundo y de casi todas las épocas, de todas las armas y graduaciones, muchos de ellos en formación, con sus caballos, sus piezas de artillería, sus ambulancias a caballo, banderas y bandas de cornetas y tambores. No faltan escenas de cuadros del Salvaje Oeste, de la Guerra Civil Española y también figuras exóticas.