La pintora sevillana Trinidad Fernández muestra su obra en el Gran Hotel Casino. Sus creaciones han fluctuado entre varias corrientes, convergiendo finalmente todas estas influencias en una pintura personal, con una gran fuerza expresiva, en la que se observa un madurado conocimiento del oficio. Fernández aborda diferentes formas de manifestarse, por lo que su pintura se convierte en la crónica de su sentimentalidad, y su pincel se mueve con igual impulso tanto en la abstracción como en el trazo expresionista que se observa en su jardines y la pintura narrativa de las cosas de la región, los caballos o los toros.