La asociación de padres y madres de alumnos (Ampa) del colegio público Nuestra Señora de Bótoa, en el barrio de Pardaleras, ha decidido que los 200 escolares de Infantil, del módulo que está en la calle Cordero, pues hay otro en la calle Stadium, no asistan a clase el próximo lunes como medida de protesta para reclamar el arreglo de un colector roto en el patio, donde la acumulación de aguas residuales desde hace tres meses, hace que el lugar sea un foco de infección y de peligro.

Angeles Segura Santano, presidenta de la Ampa, ha manifestado a EL PERIODICO el malestar y el temor de los padres y madres, debido a que un atasco en el colector que atraviesa todo el patio, desde noviembre del año pasado, ha inundado la zona de recreo produciendo un "olor nauseabundo", por lo que ha pedido reiteradas veces a las distintas administraciones una solución que no acaba de llegar.

Se han dirigido al ayuntamiento, a la Junta, a Sanidad, a Aqualia, que han mandado a sus técnicos e incluso a los bomberos, sin que en un principio pudiesen localizar dónde estaba el problema.

CAUSAS Y COMPETENCIAS

Los técnicos de la Consejería de Educación comprobaron la avería y les dijeron que competía al ayuntamiento. Este también envió a técnicos de la empresa concesionaria del servicio de mantenimiento de colegios, Imex, que tampoco dieron con la causa. Fueron incluso los técnicos de Aqualia y los bomberos, hasta que se dieron cuenta que el problema se prolongaba unos 30 metros fuera del colegio.

Al final sospecharon que podría deberse a las obras de construcción del nuevo mercado y la empresa constructora les manifestó que, en efecto, podría estar ahí la causa y que se encargarían de arreglarlo. El siguiente problema surgió porque se necesita un permiso del ayuntamiento, que a pesar de conocer la urgencia de la situación, aún no lo ha dado, afirma Angeles Segura.

Los últimos en acudir, llamados por la asociación de padres, fueron los técnicos de Sanidad, que levantaron acta del estado de la avería y cuyo informe esperan éstos, aunque "nos dijeron que es un foco peligroso de infección para los niños", señaló Segura.

La Ampa, cansada de esperar, ha optado por denunciar públicamente el problema, pues sienten que las administraciones se pasan la pelota de unas a otras, aunque reconocen que la responsabilidad compete a la Concejalía de Mantenimiento de Colegios. El PERIODICO intentó comunicar ayer con el ayuntamiento, para conocer su versión de los hechos, pero no fue posible.

Angeles Segura afirma que ha surgido un brote de gastroenteritis en el colegio y que no saben si es achacable o no a la inundación de aguas residuales. Por ello, manifestó que "hemos decidido que el lunes no entrarán los niños en clase, por decisión de los padres, porque hay un riesgo higiénico-sanitario". A partir del martes, aún no saben cuál será su postura, pero afirman que no dejarán de presionar hasta que se arregle el problema "porque llevamos tres meses así y sólo se necesita un permiso del ayuntamiento para hacer las obras".