Un centenar de padres y madres con sus hijos se manifestaron ayer ante el ayuntamiento, para exigir el arreglo de un colector de aguas residuales que inunda el patio del colegio público Nuestra Señora de Bótoa, tras lo cual lograron hablar con el concejal de Mantenimiento de Colegios, Antonio Avila, quien les manifestó que ya había dado órdenes para que la empresa constructora iniciase las obras.

El colectivo se concentró primero a la entrada del colegio, para informar a los padres que no estuvieron en la reunión del pasado viernes del estado de la avería y del proceso reivindicativo. De todos, sólo 12 de ellos dejaron a sus hijos en el centro porque no tenían con quién dejarlos y debían entrar a trabajar.

El problema afecta a los 200 escolares de Infantil del colegio y los padres cuentan con el apoyo de la dirección. Después, se dirigieron de forma ordenada, pues "no quisimos obstaculizar el tráfico al no haber pedido una manifestación", hasta la plaza de España, donde se concentraron ante el ayuntamiento, según afirmó la presidenta de la asociación de padres, Angeles Segura.

40 MINUTOS

La concentración duró unos 40 minutos, con gritos de "Soluciones ya", "Permisos ya", "Colegios saludables sí, aguas fecales no", etc, sin que lograran que el alcalde se asomara al balcón, como pretendían. Sí apareció el concejal Antonio Avila, quien tras subir al palacio municipal, bajó para informar a los concentrados de que había ordenado el inicio de las obras.

Avila les dijo que la empresa Necsos, que construye el nuevo mercado de Pardaleras, de Mercasa, cuyas obras provocaron la rotura el colector, tenía los permisos y la orden de iniciar las obras. A primera hora de la tarde, aún esperaban la maquinaria y no habían comenzado los trabajos, pero según Avila, sí habían llegado los tubos para el nuevo colector.

Angeles Segura manifestó a EL PERIODICO que "el concejal tuvo una actitud prepotente, diciendo que no era para tanto y que hacían todo lo que podían", a lo que los padres le respondieron que "él no tenía allí a sus hijos" y "llevamos ya tres meses".

Los padres celebraron ayer una reunión para ver cómo hacer para que los niños no pierdan las clases, pues no quieren llevarlos hasta que el problema esté resuelto. Su idea es estudiar la posibilidad de que el otro módulo del centro, en la calle Stadium, abra por la tarde para darles clases, pero tenían que hablarlo con los profesores y con la dirección del colegio.