Cerca de 200 personas se reunieron ayer en el Cementerio de San Juan para recordar a los asesinados en la toma de Badajoz en 1936. "La memoria y el recuerdo es lo mínimo que le debemos a las víctimas", afirmó el secretario provincial del PSOE, Francisco Fuentes, quien llamó "sirvergüenzas" a los que 75 años después de la muerte de miles de personas "se ríen de los que buscan en cunetas y fosas a sus seres queridos" y pretenden "reescribir la historia de España y minimizar lo ocurrido" para encontrarle justificación política y moral.

Los comparó con Creonte que --dijo-- condenó a Antígona por querer enterrar a su hermano para que no lo devoraran los perros. "Hoy todavía en España hay muchos creontes tratando de evitar que miles de antígonas entierren a sus muertos", señaló.

Fuentes se defendió de quienes afirman que organizan este acto guiados por el rencor y para ello habló de su experiencia personal. Contó que uno de sus abuelos fue asesinado por el bando republicano, pero que él cada 1 de noviembre acompañaba a su abuela a su tumba en el cementerio de Jerez para depositar flores, mientras veía como muchas mujeres arrojaban flores en cunetas y descampados. "Por eso no es desde el rencor, sino desde la justicia".

Reconoció que se cometieron atrocidades en ambos bandos, pero dijo que mientras en el campo republicano eran obra "de incontrolados que se tomaban la justicia por su mano", en el nacional obedecían a "un plan de exterminio".

El acto, convocado por el PSOE y UGT, reunió a afiliados y simpatizantes de ambas formaciones, miembros de Izquierda Unida e Izquierda Republicana y a familiares de los fallecidos que, con música de Pau Casal, depositaron flores en el monolito que simboliza la fosa común y en las tumbas de los alcaldes republicanos Sinforiano Madroñero y Eladio López Alegría.