La desaparición y búsqueda de Mónica Salguero que durante unos días mantuvo en vilo a la ciudad ha puesto de relieve la labor que se lleva a cabo desde el Cuerpo Nacional de Policía, donde las denuncias de personas desaparecidas no son extrañas aunque sí los finales tan trágicos como los de la joven de San Roque. Sólo el año pasado se denunciaron en la Comisaría de Badajoz 90 desaparecidos, de las cuales, 84 volvieron a sus casas y 6 no constan como reintegrados. Este desfase puede deberse a que estas personas han regresado a sus domicilios pero no ha sido retirada la denuncia. El año anterior, también en la ciudad, hubo 67 desaparecidos. El 95% regresan o son localizados.

Tomás Aguado, jefe del Grupo de Delitos contra las Personas, encargado de investigar el paradero de personas cuya desaparición ha sido denunciada, explica que la inmensa mayoría son desapariciones voluntarias. La Comisaría General de la Policía Judicial, de Madrid, lleva un registro general de desaparecidos que se encarga de recordar cada cierto tiempo a cada comisaría que existen personas en paradero desconocido denunciadas en Badajoz y se interesan por las gestiones que se están realizando.

Todos esos desaparecidos figuran en los archivos policiales "en rojo", es decir, cuando por ejemplo un vehículo patrulla realiza una identificación de una persona en otra ciudad, sale este código, porque está siendo buscada en Badajoz. Cuando la Comisaría General hace esta llamada de atención, desde la Comisaría de Badajoz se llama al domicilio que emitió la denuncia para saber si el desaparecido ha vuelto.

NO SE ARCHIVAN Las 6 desapariciones del año pasado que no han sido resueltas no han sido archivadas y cada cierto tiempo se comprueba si persiste.

El prototipo de desaparecido es el de un adolescente que, por rebeldía o por diferencias con sus padres, anuncia que se marcha. Por la experiencia, suele volver el mismo día o el día siguiente. "La mayoría de los casos se resuelven en 48 horas", informa Aguado. Estos jóvenes suelen irse a casa de un amigo o de su pareja. Los padres siempre ponen denuncia pero los desaparecidos regresan voluntariamente. También se producen fugas del centro de Menores San Juan Bautista, que no es un centro cerrado.

Cuando las desapariciones son voluntarias, se toman medidas y se avisa a los vehículos patrulla, pero cuando realmente se movilizan todos los efectivos es cuando se produce en circunstancias de riesgo, como con la joven de San Roque. Todo indicaba "que pudiera estar perdida o desorientada".

En todo caso, la Policía Nacional no es un cuerpo de rastreo, sino de investigación. Se sigue la pista de dónde fue vista por última vez pero para la búsqueda requiere el apoyo de otras medios. Cuando se sospecha que la desaparición ha podido ser forzosa, la investigación se realiza en el ámbito criminal. Son una mínima parte.

Si es la policía la que localiza a alguien que se ha marchado voluntariamente y es mayor de edad, tiene en cuenta si quiere que su familiar conozca su paradero pues, de no ser así, sólo se avisa a la familia de que está bien, pero no desvelan dónde. Siempre que se produce una denuncia, la policía investiga y no se archiva un caso hasta que no se produce la localización.