Aunque las tiendas y los bazares multiprecios no eran competencia de la dirección de Salud, ésta decidió a principios de año llevar a cabo una campaña de control sobre este tipo de establecimientos al detectar que en muchos se estaban vendiendo alimentos sin tener la autorización pertinente para ello.

Hasta el 30 de junio, los farmacéuticos y veterinarios de las 21 zonas del Area de Salud de Badajoz realizaron 54 visitas a 36 tiendas multiprecios, 20 de ellas en la capital pacense, y aunque hallaron deficiencias en buena parte de ellas todas han sido subsanadas en el plazo dado por los inspectores, que cumplió el pasado 10 de julio, salvo en un caso, en el que el propietario ha tenido que ser sancionado.

Según los datos provisionales de esta campaña, el 22,22% de estos establecimientos carecía de autorización para vender alimentos, a pesar de que con la nueva normativa se han facilitado los trámites para conseguirlo. Sólo con comunicar a Sanidad que se está ejerciendo esa actividad es suficiente, después los inspectores visitan el negocio para comprobar que todo está conforme a la normativa. Sin embargo, estos propietarios no lo habían comunicado.

En el 19,44% de los casos no estaba bien definida la trazabilidad ni la procedencia de los productos que vendían, mientras que en un 14% detectaron problemas de higiene y en otro 14% encontraron problemas en las instalaciones. También hallaron en el 11,11% de estas tiendas problemas en el etiquetado y en envasado.

Aunque la mayoría de los productos que se venden en este tipo de negocios son envasados y no perecederos, el 2,78% de ellos presentaban deficiencias en la conservación de los alimentos.

En lo que a higiene se refiere, los incumplimientos no eran de gravedad, tenían relación con hechos como dispensar chuchería sin pinzas o guantes, o tener los alimentos cerca de otros artículos, como una tinta.

El objetivo de esta campaña era hacer un chequeo y una "fotografía" de la situación y averiguar cuántos establecimientos de este tipo había, en cuantos se vendían comida y en qué condiciones lo hacían.

Por ello se les pidió a los inspectores que levantaran actas en cada visita y registrasen las incidencias, concediéndoles un plazo para subsanarlas y sancionando en el caso en que fuera necesario, lo que sólo ocurrió en un caso.

Ahora se realizará un censo de todos estos establecimientos para registrarlos en el programa informático Jara, de Salud Pública, para realizar un seguimiento posterior en años sucesivos.

En algún caso, según fuentes de la Dirección de Salud, los empresarios desistirán de la venta de alimentos porque las exigencias por parte de Sanidad son mayores y no será suficiente con comunicar la actividad o aplicar medidas correctoras.