Veintitrés médicos de la provincia de Badajoz han denunciado en lo que va de año haber sufrido agresiones físicas o verbales por parte de sus pacientes o personas que acompañaban a estos, todas ocurridas en centros sanitarios públicos. Son seis casos más que el año pasado e igualan la cifra del 2009, la más elevada hasta ahora de los últimos siete años, en los que las denuncias han ido en aumento (cinco, en los últimos seis meses del 2008; 10 al año siguiente; 15 en el 2007; y 16, en el 2008). Con estas estadísticas, Badajoz se sitúa entre las cinco primeras provincias de Españas en número de agresiones a médicos.

De los 23 casos denunciados este año y que llevan los servicios jurídicos del colegio, 14 se produjeron en centros de salud --uno de ellos múltiple contra cuatro médicos--, cuatro en hospitales y otro durante una actuación del servicio 112. Es en los centros de salud donde año tras año se registra el mayor número de episodios violentos (12 en el 2010; 16 en el 2009; 14 el año anterior y 9 en el 2006).

En el 90% de los incidentes fueron los propios pacientes los que agredieron al facultativo y en el resto, familiares o acompañantes de estos.

El 85% de las personas denunciadas por agresión han sido hombres y los casos son dispares: desde los insultos y amenazas verbales hasta el destrozo del mobiliario y los puñetazos y golpes a los médicos. En muchas ocasiones se originan porque el facultativo se niega a prescribir el fármaco que pide el paciente, por la negativa a certificar una baja o por el tiempo de espera.

Estos datos los aportó ayer el presidente del Colegio de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, quien reconoció que estas 23 agresiones solo son las denunciadas, pero que existen más casos, aunque los facultativos que las han sufrido por uno u otro motivo deciden no denunciar. "No hacerlo genera más violencia", subrayó Hidalgo.

La confidencialidad que requiere la relación médico-paciente impide que se puedan tomar medidas de seguridad --como cámaras, vigilantes o mamparas-- para prevenir estas agresiones, pero el presidente del Colegio de Médicos de Badajoz defendió que existen otras estrategias para garantizar la protección a estos profesionales que, pese a que se llevan reclamando desde hace años, aún no se han materializado.

EN EL HISTORIAL CLINICO En este sentido, Hidalgo recordó que en el 2007 se acordó de elaborar un manual para paliar estas agresiones en el ámbito sanitario, que no se ha terminado de desarrollar, para que unido a la carta de los derechos y deberes de los pacientes quede "meridianamente nítido" que existe "tolerancia cero" hacia cualquier tipo de agresión, verbal o física.

Asimismo, el colectivo exigió a la Consejería de Salud que lleve a cabo campañas de sensibilización y que los conflictos que hayan tenido los pacientes con el servicio médico se reflejen en su historial clínico. Hidalgo también defendió la necesidad de que el agresor sea trasladado de inmediato de "cupo médico y, donde se pueda, de zona básica de salud".

A juicio del presidente del Colegio Médico, el daño que se produce al ser víctima de una agresión "cicatriza muy mal" y puede llevar al profesional a ejercer "una medicina defensiva", que se traducirá en mayor número de pruebas diagnósticas con las que se sentirá "seguro en trinchera", dijo. "Esto no es bueno, es costoso y se reprueba en nuestro código deontológico", añadió.

Hidalgo recordó que una de las "promesas electorales" de la junta directiva que preside fue combatir este grave problema que afecta al colectivo médico, para lo que reclamó la corresponsabilidad del Servicio Extremeño de Salud (SES) que --dijo-- debe "amparar y proteger" a sus recursos humanos.