Con el lema Somos personas, tenemos derechos. Nadie sin hogar, Cáritas conmemora hoy la Jornada de las Personas sin Hogar reivindicando un año más, y ya van 25, la necesidad de que se las atienda y proteja. En el 2017, el Área de Inclusión Social de Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz ha atendido a 650 personas, 340 de ellas en el Centro Hermano de Badajoz, y el resto en el de Padre Cristóbal en Mérida.

Además, por sus viviendas de vida autónoma han pasado otras 30 personas. Hay tres en Badajoz, dos para hombres y una para mujeres; y otra más en la capital autonómica. Este recurso comenzó a funcionar en el 2015 y la intención de Cáritas, según el director de Inclusión Social, Pedro Herrera, es ampliar el número de pisos disponibles, pues es a través del empleo y la vivienda como realmente estas personas se integran y superan sus problemas anteriores. En estos momentos Cáritas no dispone de más inmuebles en la ciudad para destinarlos a este fin, por lo que solicitará a la Junta de Extremadura que se los ceda.

Con esta filosofía, los centros residenciales —antes se denominaban de transeúntes, pero ahora no hay plazo de salida para los usuarios, puesto que se quedan hasta su recuperación— se convierten en recursos «intermedios», para que las personas inicien los procesos para superar sus adicciones o problemas. No obstante, si no logran volver con su familia, las viviendas de vida autónoma son la solución para que su reincorporación a la sociedad sea definitiva y real.