Más de 4.000 personas de la archidiócesis participaron ayer en un encuentro en el paseo de San Francisco que culminó con una misa oficiada por el arzobispo Santiago García Aracil y presidida por la imagen de la Virgen de la Soledad. Este acto clausuró el Congreso Diocesano de Familias que se celebró durante el fin de semana en Ifeba.

El templete de San Francisco hizo de altar, alrededor del cual se colocaron 3.000 sillas y un escenario donde cantó la coral de la parroquia de San Juan Macías. Antes de la Eucaristía, familias de los distintos arziprestazgos ofrecieron testimonios como miembros de familias cristianas.

"PREGONEROS" DE LA FAMILIA En la misa, Aracil se dirigió a los presentes para pedirles que sean "pregoneros" del matrimonio y la familia, y les animó a hacer frente "al pesimismo y derrotismo" imperante en la sociedad actual, al considerar que es a ellos a quienes les corresponde la denuncia "de las injusticias y errores que limitan los derechos familiares y que aumentan las dificultades para construir un verdadero hogar en paz, libertad y verdadero espíritu cristiano".

Rechazó las influencias de las corrientes "ideologizadas" que motivan "la confusión del auténtico matrimonio con otras formas consideradas también como matrimonio por la exclusiva fuerza de las leyes humanas".

Después entregó las Medallas de la Archidiócesis a personas que han destacado por su labor desinteresada, como la directora del instituto Hogar de Nazaret, María José Antúnez, Francisco Carrallo, miembro del Movimiento de Cursillos de Cristiandad y a título póstumo a Manuel Domínguez, compositor y organista de la concatedral.