Desde que empezó el año, se han localizado a cerca de 900 conductores por las carreteras extremeñas bajo la influencia de bebidas alcohólicas.

Desde enero se han tramitado 352 diligencias penales a conductores que sobrepasaron el límite de alcohol por encima del nivel que lo convierte en un delito penal, además de 546 sanciones administrativas por esta misma infracción en casos en los que el exceso de alcohol no es considerado delito.

Según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno en Extremadura, dos de los conductores implicados en accidentes con víctimas mortales en lo que va de año en la región dieron positivo en las pruebas de alcoholemia.

La Guardia Civil de Tráfico inició ayer una campaña especial de control y vigilancia de las tasas de alcoholemia que se desarrollará hasta el domingo 17 de julio. Los agentes del subsector de Tráfico participan en esta campaña en las carreteras extremeñas.

El alcohol está presente en un tercio de los accidentes con víctimas mortales que se producen en España y multiplica por nueve el riesgo de sufrir un accidente.

Pero no sólo está relacionado con una mayor accidentalidad, sino que también repercute en una mayor mortalidad, al ser un factor relacionado con un peor pronóstico en las lesiones sufridas por los accidentados. La conducción bajo los efectos del alcohol es la conducta más repetida contra la seguridad vial.

La Delegación del Gobierno recordó ayer que desde que se puso en marcha el Plan Estratégico 2003/2008 de la Dirección General de Tráfico se ha detectado un cambio de comportamiento en los ciudadanos que ha hecho que "el porcentaje de positivos detectado haya disminuido en el periodo 2005/2010, situándose en estos momentos entre un 1,0% y un 1,2% del total de controles realizados".

La incidencia del consumo en las zonas urbanas, fundamentalmente durante los fines de semana y en lugares de ocio frecuentados por los conductores más jóvenes, hace que la participación de los ayuntamientos tenga una importancia "extraordinaria".