Rincones y encuadres de calles y plazas del casco histórico de Badajoz, desde San Francisco a la alcazaba, pasando por San Juan y la Soledad, fueron plasmados ayer en los lienzos de 96 artistas que participaron en el IX Concurso de Pintura al Aire Libre Ciudad de Badajoz, procedentes de todas las comunidades autónomas, pues llegaron incluso desde Canarias, Albacete, muchos de Andalucía y uno desde Elvas. Los participantes estaban muy repartidos y resultaba llamativa la concurrencia en los Jardines de La Galera.

La participación ha sido la más elevada de las nueve ediciones, con 18 artistas más que en el 2007. El primer premio, de 2.700 euros, fue para el joven de Huelva José Francisco Moñano y los cinco siguientes para Jorge Gallego, Francisco Javier Mora, Ignacio Estudillo, Antonio Cantero y Pedro Carlos Orozco. Se otorgaron además 10 accésit.

Entre los pintores había tres miembros de una misma familia, procedentes de Málaga, cada uno de una generación, Manuel Díaz, Manolo Díaz y María José Díaz: abuelo, padre e hija. Los tres venían a Badajoz por primera vez y les sorprendió. Manuel Díaz, con 80 años, es "pintor de toda la vida" y se instaló en los jardines de La Galera. Este hombre de amplia trayectoria, que pinta "todos los días de mi vida", piensa que esta ciudad "es muy pictórica, tiene cosas muy bonitas", si bien hubiera preferido que no se hubiese limitado al casco antiguo. Aunque ha logrado muchos premios, ayer no venía con la esperanza de ganar ninguno, "porque los jurados son muy raros, yo creo que hay pintar lo que se ve, con color, no negro y gris, esto no es Londres".

Según Manolo Díaz hijo, que se colocó frente a la fachada del ayuntamiento pintando la escultura de Luis de Morales, "el recorrido que han establecido tiene muchos rincones para hacer un buen cuadro".

Otro artista profesional participante fue Alfonso González, un burgalés que venía de Madrid, donde imparte clases de dibujo en un instituto y que consiguió un accésit. Alfonso acude a más de cincuenta concursos al aire libre cada año y ayer se quejaba de que el premio se entregaba demasiado tarde porque hoy tenía que estar en otro concurso en Guadalajara. Alfonso también cree que en Badajoz hay muchos rincones para pintar, que quizá parecen más atractivos cuando están plasmados en el lienzo, "tal vez porque la realidad la estamos viendo todos los días y la imaginación de la pintura llama más la atención".

En la calle San Juan se apostó Rosa Morán, una joven montijana que lleva un par de años trabajando en Badajoz. Es diseñadora gráfica y era la segunda vez que participaba. Para ella, pintar un cuadro en ocho horas es difícil, "pero te tiene que gustar mucho, es muy satisfactorio".

También había principiantes, como Carlos Mayo, un joven de Badajoz estudiante de Biología, aficionado a la pintura consciente de sus limitaciones, que se colocó frente a la fachada de la catedral con el entusiasmo de "hacer un cuadro, hacerlo rápido y vivir la experiencia, más que nada". Carlos no esperaba ganar ningún premio, "porque yo sé la calidad que tengo, hay gente muy buena con los que yo no puedo competir", afirmó.