Se cumplen 20 años desde que nació el primer niño probeta en Extremadura. Fue en octubre del 2000, asistido por el ginecólogo José Antonio Domínguez, director médico del Instituto Extremeño de Reproducción Asistida (Iera), que funciona desde hace 21 años y donde desde aquel primer éxito se han logrado más de 2.700 embarazos. El primer bebé por fertilización in vitro de España había nacido 16 años antes en Barcelona y en 1978, el primero del mundo, en Inglaterra.

-¿Qué recuerda de la experiencia de hace 20 años?

-Aquello fue complicadísimo. En aquel momento montar una clínica de reproducción era una inversión grandísima y no teníamos ninguna evidencia de que iba a tirar para adelante. De hecho, las punciones foliculares, que se realizan en quirófano, hasta que lo montamos en la clínica las hacíamos en Los Naranjos y en Clideba y teníamos que llevar los ovocitos en una estufa en el mechero del coche. Así nació el primer niño. Hacíamos las punciones a la hora que había menos tráfico para no tardar nada. De Los Naranjos a la clínica íbamos corriendo con la estufa.

-Fue casi un milagro, ¿no?

-Los primeros niños que nacieron en Inglaterra fueron en condiciones peores, después de más de cien intentos.

-¿Y el primer caso extremeño?

-Nosotros teníamos ya la técnica bastante establecida. Fue en los primeros meses. Llevaríamos diez punciones. Había varias parejas en el intento. Nuestras condiciones no eran excelentes, pero en aquella época viajamos mucho para conocer otras clínicas y eran parecidas en muchos otros sitios.

-¿Mantiene contacto con la familia del primer bebé in vitro?

-Sé quiénes son y si nos vemos nos saludamos.

-¿Ese joven sabe que hizo historia?

-Lo sabe, sí. Una vez los llamamos para preguntarles si querían hacer declaraciones pero no quisieron, preferían que fuese todo anónimo.

-¿Por qué se tardó en Extremadura?

-La primera clínica de reproducción asistida del país fue Dexeus, que nació en 1984, y hasta el 92 no empezaron a surgir en la Comunidad Valenciana o en Andalucía. Ese adelanto de Dexeus se mantuvo durante muchos años, hasta que apareció la segunda. Ocurrió en España y en otros países. La mayoría de las revistas de reproducción arrancaron en 1990.

-¿Ahora la comunidad extremeña está al primer nivel en las técnicas de reproducción asistida?

Totalmente. No he visto ninguna clínica en el mundo que tenga más medios que nosotros.

-Sin embargo muchas parejas viajan a otras comunidades.

También vienen aquí de otras regiones. Tenemos muchos pacientes de la provincia de Huelva, de Ciudad Real, de Toledo y muchos portugueses. La gente de reproducción se mueve. Si no le va bien en una clínica se va a otra. Pero aquí solo hay ésta. La Seguridad Social nos deriva mucho casos, con los que tienen algunos problemas de tipo técnico.

-En estos 20 años habrán evolucionado mucho las técnicas de reproducción asistida.

Muchísimo. Ha cambiado totalmente. Ahora es más fácil. Se ha simplificado bastante todo. Han aparecido cosas más complejas a las que antes no se podía acceder, pero la rutina diaria se ha simplificado.

-¿Ha aumentado la demanda?

Tampoco tanto. Lo que sí estamos viendo es que al haber más oferta también hay más demanda. Parejas que antes a lo mejor no tenían ninguna opción porque no existían ciertas técnicas, hoy la tienen. Parejas con enfermedades genéticas que no querían arriesgarse a tener un hijo enfermo, hoy se puede hacer el diagnóstico al embrión. Parejas femeninas, se estudian muchas enfermedades de los donantes y les da bastante seguridad. La gente tiene la percepción de que es más posible conseguirlo. Es verdad que la tasa de éxito ha aumentado y hay parejas que se lanzan a intentarlo aunque sea a edad tardía.

-¿Cuáles los factores que más intervienen en la tasa de éxito?

-El más relevante de todos es la edad de la mujer. Está totalmente condicionado. En las explicaciones que les damos utilizamos una presentación de porcentaje de éxito en función de la edad, para que sepan dónde se están metiendo. La gente tiene que saber cuánto arriesga y qué puede esperar. Otro factor que influye mucho socialmente es el aumento de la obesidad en la población, porque se producen hormonas en la grasa que alteran la calidad de los ovocitos. La donante de óvulos no puede tener un Índice de Masa Corporal mayor de 25, como criterio. El hombre influye también, pero están formando espermatozoides toda su vida, millones cada día, mientras que las mujeres nacen con los óvulos que van a tener siempre, no forman nuevos. También se altera la formación de los espermatozoides, pero la edad no tiene ese efecto tan importante. Un hombre de 80 años puede ser padre. No hay ninguna pareja a la que le puedas asegurar que vas a conseguir el éxito. No hay dos parejas iguales, pero el primer factor es la edad de la mujer, porque está muy relacionada con la calidad de los óvulos. También la reserva ovárica, la cantidad. Respecto a los hombres, desde que apareció el ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides) en 1994, con muy pocos cualquiera puede intentar un tratamiento de reproducción.

-¿Por qué es tan cara la fertilización in vitro?

Todo lo que se utiliza en el laboratorio es carísimo. La medicación también es cara. Una incubadora cuesta 100.000 euros y tenemos varias porque si falla una se estropean los embriones. Montar una clínica de reproducción actualizada cuesta millones de euros.

-¿Hace 20 años se planteaba esta opción mucha gente?

Había mucha gente ya. Eso no ha cambiado demasiado. De hecho, nosotros no hemos crecido mucho en número de ciclos desde el inicio. Es verdad que Extremadura tiene poca población, muy dispersa y hay gente que se va fuera porque está más cerca de otras clínicas.

-La tasa de éxito habrá mejorado exponencialmente.

Muchísimo. La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) cada año publica los registros y se puede ver claramente que la curva siempre está subiendo en el global de la reproducción asistida porque las técnicas han mejorado mucho. Todas las especialidades de la medicina han evolucionado y como ésta estaba en pañales, ha sufrido una evolución grandísima.

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