Un aplauso, con pocas manos pero muy sentido, y hasta un «olé» espontáneo del cantaor Domingo Rodríguez ‘El Madalena’, despidieron ayer el féretro de Manuela Otilia Pulgarín, conocida como Rosa Morena, en la capilla del tanatorio del puente Real de Badajoz, donde se acercaron alrededor de 70 amigos para acompañarla en el último viaje de esta artista de la copla que llevó el nombre de Badajoz y de su tierra por todo el mundo con su voz y su desparpajo, como precursora del flamenco pop. Su versión de Échale guindas al pavo es un clásico inimitable.

Las alabanzas y las despedidas proliferaron en las redes sociales desde que se hizo público su fallecimiento. Pero no tuvieron el mismo reflejo en el funeral, donde se echó en falta a autoridades y también a artistas. Además de ‘El Madalena’ estuvo la bailaora Rosa María Regueras. «He venido a despedirla porque creo que se lo merecía, para que en su último adiós no se sintiese sola. Rosa Morena siempre ha llevado el nombre de Badajoz por delante y yo desde chica he oído hablar a mi padre de ella», manifestó, emocionada, al tiempo que dijo echar en falta «a muchísimos compañeros y presencia institucional, porque se merecía mucho más».

También Domingo Rodríguez reclamó mayor reconocimiento público. «Fue un caso similar al de Porrina, salvando las distancias, porque fue más valorada fuera que en Extremadura», a pesar de que la cantante «siempre presumió de ser de Badajoz». El cantaor coincidió con Rosa Morena en Madrid «cuando ella ya era una fenómena» y al regresar la cantante y actriz a Badajoz quedaban a tomar café y en actos culturales. ‘El Madalena’ recordó que era una mujer de profundas creencias religiosas, de misa diaria en la ermita de la Soledad. «Era muy alegre, con una cultura tremenda del espectáculo y enormes vivencias y me encantaba hablar con ella porque me contaba cosas que yo sabía que eran reales».

También estuvo el exfutbolista Eusebio Bejarano, que tuvo la oportunidad de conocer a Rosa Morena «ya de mayor» en una emisora de radio. Ayer le entristeció que hubiese tan poca gente en la capilla «y ver lo que ha sido Rosa, que ha llevado el nombre de Extremadura, y que no hay ninguna autoridad».

Entre los amigos que la despidieron se encontraba Belén Santos, que se dedica al atletismo, amiga de Rosa Morena «desde que llegó a Badajoz». Se conocieron en una ponencia sobre flamenco y desde entonces fomentaron su amistad hasta el último día. También Belén destacó que fue una mujer «que ha llevado la bandera de Extremadura y de Badajoz por el mundo entero, en su biografía se puede comprobar y merece la Medalla de Extremadura, era la espinita que tenía».

No faltó en el funeral el cronista oficial de Badajoz Alberto González, que tuvo la fortuna de conocerla porque, como ayer recordaba, la lanzó Julián Mojedano en Radio Extremadura, donde González estaba muy implicado. «Junto con Porrina de Badajoz ha sido quien más ha aireado el nombre de Badajoz por el mundo y eso es algo que Badajoz no puede olvidar, porque las ciudades se hacen a base de esos testimonios», reivindicó. Para el cronista oficial, el mejor homenaje que se le puede hacer «no es el que viene de las instituciones oficiales, sino el que le hace la gente que la ve por la calle y la detiene cada diez metros ». Y eso ocurría con Manuela Pulgarín. «Ése es el mejor homenaje, porque ella se ha ido con la sensación de que Badajoz la quería, que es lo mejor que le podía ocurrir».