TDtice el presidente del gobierno Mariano Rajoy que el 2013 será "un año muy complicado". ¿Qué quiere decir un político con esta frase aparentemente sencilla y de tono poco agresivo? Pues ojalá se equivoquen la mayoría de los analistas, incluido el propio gobierno, pero todo apunta a que la traducción al lenguaje del ciudadano de a pie, es que la economía no crecerá al ritmo necesario para crear empleo, que por tanto seguirá yendo gente al paro, que habrá nuevos recortes, que la cada vez más desdibujada "clase media" seguirá soportando el peso de la crisis y que, en definitiva, nos tendremos que seguir apretando todos el cinturón para salir de la grave situación económica en la que se encuentra nuestro país junto con el resto del mundo.

Hasta la primera potencia mundial salvó esta semana "in extremis" su famoso abismo fiscal. Así le llamaron en EEUU a un nuevo paquete de medidas económicas que contemplaban, entre otras, el aumento generalizado de impuestos a la población.

Sin duda los americanos llevan en su ADN el gen cinematográfico. ¡Abismo fiscal!. No me extrañaría que en un futuro no muy lejano veamos en la gran pantalla cómo los republicanos y los demócratas se pusieron de acuerdo a altas horas de la madrugada después de una agónica sesión para evitar unas subidas de impuestos masivas e innumerables recortes que hubieran llevado a EEUU a la recesión.Cómo de película. Pero no, no es ficción. Es real. Los dos grandes partidos lograron ponerse de acuerdo, después de una intensa y difícil negociación, para mantener -no sabemos por cuanto tiempo- la marcha de la economía estadounidense.

Nosotros no utilizamos términos tan melodramáticos -nos apañamos con el sencillo y confuso "reformas"- pero nuestra realidad es más cruda que la de nuestros vecinos del otro lado del charco. Y es que de aquí será difícil sacar algún día el argumento cinematográfico que cuente un gran pacto político para afrontar la crisis.