TPtues verán, ya que estamos metidos en harina y a pesar de que haya quien me ponga como chupa de dómine y me pida que abandone esta ciudad -que, por lo que colijo, debe ser suya-, voy a explicar los motivos por los cuales me preocupan algunos aspectos de ese plan general de la Alcazaba que se reclama.

Resulta que no se trata sólo de restaurar el monumento y de rehabilitar algún elemento de su interior. Lo primero ya se va a hacer y no es un proyecto pequeño, ni en extensión ni en cantidad. Si las noticias transmitidas son correctas, se va actuar sobre toda la parte del recinto que ha permanecido sin reparación alguna los últimos cincuenta años. Es decir, el flanco septentrional y gran parte del oriental. Seguramente esta extensa zona ya sufrió algún retoque en la segunda mitad del siglo XIX, pero, al ser la menos batida por la lluvia, se ha conservado hasta hace poco en un estado bastante aceptable. Ahora le toca.

Otra cuestión a abordar es la del tratamiento de la conocida como "ladera de los pinos". Debajo se ocultan parte de los restos del llamado Arrabal Oriental, un barrio árabe abandonado a fines del siglo XI. Los resultados de su excavación parcial se publicaron hace años. Queda una parte razonablemente extensa por estudiarse y los materiales con que se edificaron sus casas son tan deleznables que cualquier proyecto poco meditado puede acabar con él. Y es un yacimiento de primera importancia. No se trataría, desde mi punto de vista, de excavarlo todo. Se debiera dejar visible y en condiciones adecuadas una mínima parte, para disfrute de propios y extraños. Sin olvidar que esa zona es, a pie, el camino más corto entre San Roque y el centro de nuestra capital. Y digo esto - ahora protesten los de siempre - porque el informe arqueológico presentado entre la documentación del concurso era deleznable.

Y nadie crea que lo traigo a colación por interés propio. Ni mucho menos. A veces los árboles no nos dejan ver el bosque y, cuando decimos alcazaba, no siempre sabemos muy bien el alcance de nuestras palabras. No siempre una plataforma es una buena base.