Manuel Nicolau Pires Eduardo es el cónsul de Portugal en Badajoz desde 1975. En 27 años sus responsabilidades y las relaciones transfronterizas han cambiado mucho. Ha alcanzado la edad y ya ha pedido su jubilación, pero no tiene noticias de cuáles son las intenciones del Gobierno portugués sobre esta institución, porque no se ha tomado ninguna decisión sobre su sucesor. En España llegó a haber más de 20 cónsules portugueses, y ahora sólo queda menos de la mitad. Esta tendencia siembra incertidumbres sobre la permanencia del Consulado en Badajoz.

Sin embargo, Manuel Nicolau Pires cree que esta institución es necesaria, porque estando tan cerca el país vecino, existen muchos problemas en los que, de hecho, él interviene, pues en estos momentos no le falta trabajo. "La verdad es que esto no para", explica. El realiza labores de representación, de registro civil, notariales, y una muy importante, que desafortunadamente se ha incrementado: la atención a los presos y a los detenidos portugueses y sus familias. En la actualidad, hay 35 portugueses en la cárcel de Badajoz, a los que el cónsul visita, debido, sobre todo, al tráfico de drogas.