"Eso fue que una niña que está mala de su cabeza y un niño que está mal de su cabeza se dieron un beso". De este modo justificó C. G. R., acusado de un delito de abuso sexual sobre una menor discapacitada, lo que ocurrió la tarde del 2 de septiembre de 2014, cuando él, que entonces tenía 31 años, fue con la niña --de 15, a la que conocía, pues su padre y su hermano están en prisión con él-- debajo de un puente, donde ocurrieron los hechos que ayer se comenzaron a juzgar en la Audiencia de Badajoz.

"La veía un poco niña para mí, pero me dijo ¿tienes novia? y fuimos bajo el puente", manifestó C. G. R. en respuesta a preguntas del fiscal, en las que incurrió en contradicciones en varias ocasiones, como cuando se le preguntó si él sabía si la menor tenía mermada su capacidad y dijo que no, para en otro momento afirmar que "sí, se le notaba".

El acusado negó haber abusado de la menor, admitió que "la besé", y que "le toqué los pechos, eso es cierto", pero rechazó que hubiera habido relación sexual de otro tipo, pues afirmó que "llegó su madre dando muchas voces, diciendo hijo puta qué le haces a la niña, y yo me fui corriendo". Y explicó: "No subiéndome los pantalones, sino poniéndome la riñonera". Así como dijo que él no le quitó la ropa interior, sino que lo hizo ella.

C. R. G. declaró ayer en la primera sesión de un juicio que ya se suspendió en abril por no acudir la víctima y su madre, y ayer tampoco comparecieron, ni la testigo principal, por lo que se suspendió la vista tras la declaración los policías, que ratificaron sus informes sobre la denuncia y la toma y custodia de pruebas --ADN, biológicas y otras--.

PATADAS Y VOCES El acusado, ante la presencia de cámaras comenzó a gritar y a dar patadas, hasta que lo sujetaron los agentes que lo custodiaban. El juicio continuará el 6 de julio.

El fiscal solicitó prisión provisional para el acusado, por riesgo de fuga, interno por otros delitos pero que por refundición de penas saldrá libre el 23 de julio, a lo que la Sala responderá antes del día 6. Y también que se cite a la víctima, a su madre y a la testigo, "con apercibimiento legal, si fuera necesario", para garantizar su presencia, a lo que accedió el presidente.

La letrada de la defensa, María Teresa Herrera de Cabezas, solicitó la admisión de una prueba, un certificado de que su representado tiene un 65% de discapacidad --lo que él mismo esgrimió en su declaración en varias ocasiones-- y no que fue admitida por tratarse de un sumario y no un procedimiento abreviado, y no ser el momento procesal adecuado. No obstante, el fiscal Antonio Luengo señaló después que dicha situación no genera indefensión porque la misma figura en el informe forense.

Así mismo, C. G. R. afirmó que la menor fue bajo el puente "voluntariamente"; que no la arrastró del brazo como indican testigos; que "no he hecho nada" y que "ella me propuso hacer algo de besos". También negó que cuando una amiga de la niña la sujetó del brazo, él la amenazara con hacerle lo mismo.

No obstante, cuando declaró una amiga de la niña, acompañada por su padre y después de trasladar al acusado a la parte de atrás de la sala, tras una mampara, ésta insistió en que la arrastraba por el brazo; que cuando ella intentó impedirlo la amenazó diciéndole "te voy a hacer a tí lo mismo". Fue esta menor quien avisó a la madre de su amiga.

EUROS Y PERRITOS El acusado admitió que había estado la noche antes con la menor, que "le di un euro para que se comprara un perrito", y afirmó cuando se le preguntó por la discapacidad de la niña, que "para coger euros, para perritos, y para montarse en bici no está incapacitada ¿no?". Así mismo, achacó su actitud a que "tomaba Tranquimacín y no sabía lo que hacía". Y en relación a restos suyos de su ADN hallados en la boca y otras partes del cuerpo, y ropa interior de la menor, que "es normal, porque la besé". Además, culpó a la madre de la menor de querer "sacarme dinero, porque yo no haría una cosa así".

A preguntas de la defensa sobre si ha estado en tratamiento psiquiátrico, C. G. R. respondió que sí, en la prisión. Sobre si ¿estuvo bajo efectos de drogas?, dijo que no, que de medicamentos; Si la besó con lengua, afirmó que sí; y que si salió corriendo, fue porque llegó la madre gritando.

El fiscal solicita en sus conclusiones provisionales 8 años de prisión y la defensa, la absolución, si bien verá si modifica las suyas, en función de cómo evoluciones el juicio.