Primero que no y luego que sí; a mis preguntas responde no y a las de la defensa sí», manifestó el fiscal jefe de la Audiencia, Juan Calixto Galán, en su exposición de conclusiones para ilustrar las contradicciones en que incurrió F. M. M., acusado de un presunto delito de agresión sexual cometido el 6 de octubre de 2015 con «extrema violencia», según su relato de hechos, en el juicio seguido ayer en la Sección Primera de la Audiencia de Badajoz, que quedó visto para sentencia.

El juicio se celebró a pesar de la ausencia de la víctima, que no acudió al llamamiento judicial como tampoco lo hizo en otras dos ocasiones anteriores. El fiscal solicitó la suspensión para comunicarle una nueva citación y garantizar su protección, a lo que se opuso el letrado José María del Pozo, por entender que se vulneraría el derecho de defensa de su representado, e incidiendo «en la necesidad en este tipo de delitos de persistir en la acusación». La Sala optó por seguir el juicio.

En efecto, el acusado primero negó los hechos a preguntas del fiscal. Admitió conocer a la víctima, que estuvieron en una cuadra, que dijeron «de pasar un ratos juntos», que recibió varios arañazos una llave y que hicieron «el amor», pero negó haber manipulado el candado del recinto, que le azuzara un perro, o que la penetró y eyaculó dentro de su vagina. Dijo no recordar por qué le arañó la mujer, ni las declaraciones que hizo en el juzgado de instrucción, «estaría nervioso», manifestó cuando el fiscal le reprodujo sus palabras admitiendo los hechos, si bien los había negado ante la policía en su primera declaración. Ante otras preguntas se quedaba callado.

Fue con su abogado con quien fue admitiendo algunos hechos, después de que comenzara negándolo todo, e insistió en que ella le arañó porque «no le di los 20 euros», que le quitó un reloj y que si antes lo negó todo fue porque «estaba nervioso».

La declaración de los seis policías que intervinieron en el caso confirmaron el relato de hechos que expuso la víctima en su primera declaración, y dos de ellos respondieron a la defensa haber visto un condón cerrado.

Los forenses corroboraron sus informes en relación a que el semen hallado en la vagina de la mujer era del acusado; y que éste padece un retraso mental moderado que reduce su capacidad volitiva, «casi del todo», legó a decir uno de ellos.

El fiscal modificó sus conclusiones para tener en cuenta el retraso mental como eximente incompleta y aun manteniendo la solicitud de 5 años de internamiento, que la pena se cumpliera en un centro adecuado a la necesidad del acusado, e incluso asumir si los forenses u otros especialistas proponen alguna medida alternativa, manteniendo la prohibición de acercamiento a la víctima, los siete años de libertad vigilada posteriores al internamiento y la responsabilidad civil en 15.000 euros.

La defensa señaló que «no necesita una prisión ni un psiquiátrico, solo que le enseñan a leer, a escribir y a trabajar». Por ello pidió en primer lugar, la absolución; alternativamente, en segundo la eximente completa y en tercero, la incompleta y cumpliéndola en un centro adecuado.