La asociación protectora de animales Adana de Badajoz defiende la urgencia de que la Diputación y el Ayuntamiento de Badajoz se pongan definitivamente de acuerdo para iniciar cuanto antes las obras previstas de ampliación de la perrera municipal, cuyo proyecto data del 2002, año en que ya había una partida presupuestada por el organismo provincial.

El responsable del área en la diputación, Manuel Calzado, anunció en julio que en septiembre retomaría las negociaciones con el concejal responsable para ver la fórmula de aportar la cantidad asignada, que además ahora después de varios años resulta insuficiente para acometer las dimensiones previstas.

El presidente de Adana, Enrique Mendoza, comentaba ayer, en declaraciones a EL PERIODICO, que los perros continúan en las mismas condiciones deficientes. "Estamos presionando para que hagan la obra de una vez", señala. Los socios de Adana iban los domingos y habían introducido algunas mejoras pero desde que rescindieron el convenio con el ayuntamiento en mayo han dejado de hacerlo. También ellos están a la espera de negociar otro nuevo convenio.

CON CARTILLA Y VETERINARIO En el nuevo acuerdo, la asociación no aceptaría que los perros salgan de las instalaciones sin su cartilla, exigirán que trabaje un veterinario en la perrera, que haya un registro de los animales y que se cumplan las cuarentenas.

El presidente explica, en este sentido, que en el primer año del convenio, precisamente por ser el primero, fueron transigentes con la Administración local e incluso introdujeron mejoras, como toldos y recipientes para la comida e iban los domingos a limpiar. Pero ahora piden que se cumplan todas las medidas para que se respete la ley.

Normalmente en estas instalaciones suele haber entre 50 y 60 animales, aunque esta cifra desciende en el mes de agosto, no porque se vayan de vacaciones, como el resto de los mortales, sino porque los que se van son los trabajadores de la perrera, se queda la mitad de la plantilla y se recogen menos animales, apunta Mendoza.

A pesar de sus reclamaciones, Adana defiende que la ampliación de la perrera no debe ser el objetivo, porque sería como dar permiso para que se abandonen más perros. "Lo que hace falta es que la gente deje de abandonar animales y que las administraciones exijan responsabilidades, porque la ley establece el castigo a quien abandona", recalca. También inciden en que entre en vigor el reglamento y el microchip sea obligatorio, lo que permitirá localizar a los dueños.