Con sentimientos encontrados, entre la nostalgia por los grandes momentos vividos, sobre todo deportivos, y la expectación por el proyecto de conversión en un gran complejo deportivo, ayer se acercaron a las instalaciones del Viejo Vivero cientos de pacenses, muchos aficionados al fútbol, seguidores del CD Badajoz y también antiguos jugadores para despedir el segundo campo de fútbol más antiguo de España, que el próximo mes de mayo cumpliría cien años de historia. No llegará a celebrarlos, porque según confirmó ayer el concejal de Deportes, Miguel Angel Rodríguez de la Calle, que vivió toda la jornada de despedida, las obras de derribo se acometerán antes.

Durante todo el día se celebró una jornada festiva y deportiva en la que, mientras en el campo se disputaban encuentros en las categorías de infantiles, cadetes y veteranos, en torno a la barra se reunían los aficionados y rememoraban anécdotas del pasado. También hubo suelta de palomas, por parte de la Sociedad Colombófila Pacense. Tres grupos musicales amenizaron la tarde en un escenario instalado en el campo de tierra y se disputó un encuentro entre viejas glorias , que arbitró el histórico Pajarez Paz y al que acudieron, entre otros, Mariano, Rafa Pozo, Paco Alegre, Vicente Medina, Tomás García Gallardo, Diego Corrales, Juan Antonio Rodríguez Rodri , Alcántara, Borrachero, Feli y los hermanos González Ballester.

En cada banquillo, como entrenadores, otros históricos: Vicente Medina y Calín. Este último recordaba, como jugador y como entrenador que fue, muchos grandes momentos vividos en el Viejo Vivero. "En aquella época (a finales de los años 50 y principios de los 60) yo era muy conocido y todavía me conoce mucha gente", comentaba con cierta nostalgia, aunque la despedida no le produce tristeza pues le queda haber vivido la etapa dorada del CD Badajoz. Calín tiene 77 años y nunca se ha desvinculado del Badajoz.

Como muchos otros, el recuerdo "más imborrable" de Vicente Media en el Viejo Vivero fue el ascenso a Segunda División. Para este gran jugador, todavía hoy, entrar en este antiguo campo de fútbol es "una alegría, es diferente al Nuevo Vivero, allí hay más frialdad, aquí había más calor porque la afición la teníamos encima y la misma afición nos hacía volar". Subrayó que "la afición en Badajoz siempre ha sido maravillosa, pero desde que nos fuimos al otro campo ha cambiado". Por eso a Medina le da "muchísima pena" que derriben el Viejo Vivero, aunque al mismo tiempo piensa que los planes del ayuntamiento son acertadas "y pueden quedar unas instalaciones maravillosas".

Además de jugadores, había aficionados de siempre, como los hermanos José y Francisco Terrón Trinidad, que nunca han faltado a un partido en el Viejo Vivero "desde que los asientos eran de tabla", hace 50 años.

No podía faltar el alcalde, Miguel Celdrán, que también guarda recuerdos como jugador, una afición que dejó pronto. Ayer quería compartir la fiesta de despedida del Viejo Vivero "que ha sido testigo de grandes acontecimientos y motivo de una gran ilusión para muchos pacenses", que espera que no desaparezca con los nuevos planes.