La Fiscalía General del Estado alerta sobre el incremento de las agresiones de hijos a padres, una situación que se repite en todo el país y que afecta a todas las clases sociales. Esa reflexión, traducida a cifras Extremadura, refleja que los delitos de los menores a sus familiares han subido casi un 20% en solo un año, al pasar de 95 casos en el 2008, a los 80 registrados en el 2007. La incidencia es mucho mayor en la provincia de Badajoz, donde se producen el 85% de los casos.

Por ello, los fiscales advierten también en la región de "lo complicado que resulta hallar una medida inmediata para evitar males mayores" en el ámbito familiar, reiteran en la memoria de la Fiscalía de Extremadura.

Los fiscales extremeños aclaran que generalmente se adoptan medidas cautelares de convivencia con grupos educativos, pero que "es necesario" que no solo se involucren con el menor la fiscalía y la entidad pública correspondiente, sino que consideran "indispensable" que la familia "esté dispuesta a solucionar el problema", ya que, una vez cumplida es medida cautelar, "lo normal es que el menor retorne a su domicilio, en donde el problema seguirá subsistiendo de no haberse abordado el mismo con la unidad familiar".

Además, apuntan que las denuncias "no se acompasan con los datos estadísticos", debido a que "gran parte de las mismas se solventan con la actividad mediadora del fiscal o del equipo técnico, incluso derivando algunos casos a los recursos que ofrece la entidad pública". Por ello, en su opinión, "la vía sancionadora se muestra poco eficaz en tales supuestos".

En todo caso, desde la Sección de Menores de Badajoz se destacan las "buenas perspectivas del recurso generado para el cumplimiento de la medida de convivencia en grupo que se está utilizando para los menores que han cometido delitos en el ámbito familiar", ya que de 11 menores únicamente 3 casos han tenido que ser internados en régimen semiabierto por el quebrantamiento de la medida cautelar.

Al margen de las cifras relativas a las agresiones de los menores a sus familiares, esa mayor violencia de los adolescentes se evidencia en otros dos datos recogidos por las Fiscalías de Badajoz y de Cáceres.