Las aguas del Guadiana en el tramo occidental, a su paso por Badajoz, --entre el azud y la desembocadura del Caya--, presentan una calidad deficiente. Se encuentran "moderadamente contaminadas", debido a los vertidos de las escorrentías de los cultivos próximos, que utilizan fertilizantes y productos fitosanitarios, según se desprende de un estudio realizado por Juan Francisco Zamora Cabanillas.

Se trata de una contaminación "de tipo bacteriológico importante, con colonias de bacterias poliformes que superan los límites establecidos, aunque en otros aspectos pueden considerarse aceptable los parámetros analíticos, como el PH, o la demanda biológica de oxígeno", según pone de manifiesto Zamora Cabanillas en el estudio Valoración del Estado Ambiental del río Guadiana a su paso por Badajoz .

Juan Francisco Zamora, licenciado en Ciencias Ambientales, doctor en Química y catedrático de Física y Química del Instituto Zurbarán, de Badajoz, es un estudioso del río que se queja de que "con frecuencia el caudal que trae el Guadiana es insuficiente", lo que provoca una pérdida de calidad importante "por lo que hasta varias decenas de kilómetros abajo, no puede autodepurarse de forma natural".

Este análisis del río en su tramo urbano es un trabajo interdisciplinar, puesto que incluye aspectos florísticos, zoológicos, paisajísticos, ecológicos, sociales y arquitectónicos, realizado con la colaboración de algunos miembros de la Asociación de Ciencias Ambientales de Extremadura, bajo la dirección de Juan Francisco Zamora.

MEJORABLE Sin embargo, en el tramo oriental del Guadiana, comprendido entre la desembocadura del río Gévora y el azud, las aguas presentan un estado más aceptable, según este experto, quien considera que el estado general del río y sus riberas "es un ecosistema manifiestamente mejorable".

Puso como ejemplo a seguir la rehabilitación de la orilla izquierda del río a su paso por Mérida, donde la Confederación Hidrográfica del Guadiana, siguiendo las directrices del Ministerio de Medio Ambiente, ha hecho una rehabilitación, desde la desembocadura del Matachel hasta la ciudad, "envidiable".

En este sentido, manifestó tener esperanzas de que "tanto las autoridades como la ciudadanía se conciencien adecuadamente para que en un futuro podamos volver a mirar el Guadiana".

Recuperar de nuevo el río como zona de baño para los pacenses, como antaño, "no depende de Badajoz", según Juan Francisco Zamora, quien asegura que "depende del trato que tenga el Guadiana aguas arriba, no hay que olvidar que entre Mérida y Badajoz se produce una cantidad de vertidos muy grandes, como los procedentes del Guadajira, que arrastra todos los vertidos urbanos e industriales de Tierra de Barros, que son insuficientemente depurados".

En este sentido, recordó que "es un caudal insuficiente para un vertido contaminante excesivo con lo cuál se elevan las concentraciones de los distintos parámetros analíticos, por ello temo que tardaremos aún muchos años en tener un Guadiana utilizable por la ciudadanía, sobre todo para baños".

Uno de los interrogantes que se plantea este estudioso del río, es qué solución se le dará a los vertidos de las aguas residuales de la nueva barriada que surgirá en Cerro Gordo, junto al campo de golf, donde se construirán las 3.000 viviendas de los 60.000 euros, donde vivirán algo más de 10.000 personas. Juan Francisco Zamora se pregunta "si se levantará el nuevo pavimento del costoso desdoble que se está llevando a cabo en la antigua N-V para conectar su red de saneamiento al colector de San Roque o se verterán como antaño directamente al Guadiana, próximo, sin depuración alguna".

ALQUEVA Respecto a la importancia internacional del Guadiana, abogó por la conveniencia de dar un tratamiento terciario de las aguas residuales, con el objetivo de eliminar nitratos y fosfatos, ya que las aguas que salen de Badajoz van a engrosar el caudal de Alqueva.